VALERIE SAND
Mis días estaban siendo de lo más agobiantes. Los trabajos y exámenes finales antes de graduarme me estaban pasando factura y también estaba el simple hecho de que el bar cada día se llenaba más. Tenía que ir de un lado a otro cumpliendo toda clase de tareas. Lo que más estresada me tenía era que aún no lograba sacar tiempo de ningún lado para terminar el ensayo. Tenía miles de cosas que terminar para otras asignaturas, pasarme el resto del día en Melomania Bar y cuando llegaba a casa, caía rendida a mi cama. Me dormía al instante. Extrañaba echarme siestas, pero el fin del ciclo escolar siempre era así. Me drenaba a más no poder.
Sin embargo, había escrito algunas cosas que quería agregar luego de sentirme inspirada. Por ejemplo, había plasmado algo realmente hermoso luego de que Zyan me dedicara Iris en el bar. Palabras vinieron a mi mente sin más y salí corriendo a escribirlas rápidamente para no dejarlas escapar. El fin de semana me pondría de lleno con eso. Me sentaría a unir cada párrafo que había escrito en algunas páginas aleatorias de mis libretas. Quedaría increíble, estaba segura de ello.
Era miércoles y la gente llegaba poco a poco para pedirse una copa o comer algo. El ambiente era de lo más agradable. A veces me sentaba detrás de la barra a verlos divertirse. Me llenaban las cosas simples de la vida. Charla con amigos y buena música de fondo. Era algo muy bello.
Zyan se sentó a mi lado, soltando un suspiro.
—La canción que acabamos de tocar me ha dejado sudando —comentó, mientras se ataba su rebelde cabello oscuro en un delineado moño.
Había tocado con Midnight Moments una canción que a la gente le gustaba mucho y se había vuelto loco en el escenario. Y eso que aún no estaba del todo lleno.
Jamás había visto a Zyan con el cabello corto. Desde que era niño, le gustaba llevarlo por encima de los hombros. Y para ser sincera, me encantaba cómo se le veía. Sí era verdad que había sudado. La camiseta blanca que traía puesta se le pegaba al cuerpo como una segunda piel. Se transparentaba un poco, mostrando todos y cada uno de sus tatuajes. No pude quitar mi vista de sus manos mientras volvía a acomodar su cabello, ya que algunos mechones se le pegaban a la frente. Siempre me había gustado observarlas ya que, por más extraño que sonara, se me hacían demasiado atractivas.
Sobre todo cuándo conducía.
Ya me sucedía cuando lo veía solo como mi mejor amigo. Ahora era mucho mayor la necesidad de hacerlo.
Jamás lo diría en voz alta.
Vi al chico junto a mí jugar con sus manos por un buen rato, también abrir y cerrar la boca con cierta duda hasta que por fin me observó, dispuesto a decirme algo. Lo miré con atención.
—Oye… —Él tragó saliva—. Luego, cuando cierre el bar, quiero que nos veamos en el techo del edificio. En nuestro lugar.
Parecía nervioso. Fruncí ligeramente el ceño.
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Nuestro concepto de amor ✔ | Destinos Escritos 1
Teen FictionValerie Sand, una chica que nunca tenía las agallas suficientes para convertirse en quien realmente quería ser. Zyan Price, un apasionado guitarrista que siempre que comenzaba a escribir una canción, no era capaz de terminarla. Y una pregunta, tan...