Valerie Sand, una chica que nunca tenía las agallas suficientes para convertirse en quien realmente quería ser.
Zyan Price, un apasionado guitarrista que siempre que comenzaba a escribir una canción, no era capaz de terminarla.
Y una pregunta, tan...
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ZYAN PRICE
Hoy era día de semana, pero también habría un pequeño show. Midnight Moments los daba todos los días y hasta hacía unos días, Dark Storm solo los fines de semana pero habían agregado más días por el tema de la disquera. Unas pequeñas cosquillas me recorrieron de pies a cabeza al recordar lo que había sucedido. Casi pensaba que había sido un sueño pero no, la charla con Dylan había sido real.
No había hablado con nadie sobre ello, porque quería que fuese un hecho para dar las noticias. No me gustaba ser de los que se adelantaban a los hechos, sentía que quizá las cosas saldrían mal. Decidí tampoco decírselo a Valerie porque quería que fuese una sorpresa junto a la canción que estaba a nada de terminar. Le quedaba muy poco y eso me tenía frenético. Estaba entusiasmado porque nunca había llegado tan lejos.
No quería cantar victoria todavía, pero casi que podía saborearla.
Sin embargo, existían dos personas a las que tenía que comunicárselo. Dos personas que siempre me habían acompañado y a pesar de haber estado estancado en un mismo lugar por mucho tiempo, jamás me soltaron la mano. Jamás se fueron de mi lado. Eran la personificación de la lealtad. Les debía muchas cosas. En parte esta canción en proceso era para ellos, porque se lo merecían.
Blake y Levi. Mis mejores amigos en todo el mundo.
Dejé el bar media hora antes de que abriera para citarlos en mi habitación. Fui el primero en llegar. Los esperé mientras caminaba de un lado a otro, queriendo comerme las uñas. Pegué un jodido salto del susto cuando abrieron la puerta de manera abrupta. Se veían confundidos.
—Necesito que tomen asiento —dije, señalando mi cama.
Ambos se sentaron, mirándome como si acabara de volverme completamente loco. Y tampoco estaba muy lejos de hacerlo si no les contaba la noticia cuanto antes. A pesar de que no tenía la canción lista, era algo que tenía que hablar con ellos. No podía guardarlo para mí solo.
—¿Qué hacemos aquí? Tendríamos que estar ensayando —dijo Blake, extrañado.
—Lo sé pero tengo que hablar con ustedes sobre algo… Importante —contesté y quise abofetearme a mí mismo cuando soné como si fuera algo malo.
¿Por qué cuando estaba nervioso decía las cosas como si hubiera muerto alguien y yo debía contárselo a la familia?
—¿Pasó algo con Valerie? —preguntó Levi, preocupado para segundos después abrir los ojos como platos—. ¿ESTÁ EMBARAZADA?
Ahora era yo quien abría los ojos de tal manera en que iban a doler en cualquier momento.
—¡Joder, no! —exclamé—. ¿Por qué demonios ese fue tu primer pensamiento?
Blake suspiró de alivio mientras Levi se encogía de hombros.
—Desde que saben que se gustan se la pasan besándose e intimando. No me sorprendería si las cosas se le salen de las manos —contestó el pelirrojo.
