Mi amigo Gerard

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Frank rodaba el teléfono entre sus dedos mientras mordía sus labios, tenía la mirada perdida en ningún punto en específico mientras su mente vagaba en los recuerdos del mes anterior

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Frank rodaba el teléfono entre sus dedos mientras mordía sus labios, tenía la mirada perdida en ningún punto en específico mientras su mente vagaba en los recuerdos del mes anterior.

No podía explicar lo feliz que se sentía al volver a casa y estar con sus hijos, los había extrañado tanto, a sus hijos y a sus perritas. Sin embargo tampoco podía poner en palabras todo lo que había sentido al volver a estar de tour con su banda favorita en todo el mundo.

Si, en aquellos largos años había estado de gira con sus otras bandas y si, había pasado momentos realmente buenos y muy agradables con ellos pero nada se compraba a estar con Mikey, Ray y sobretodo, con Gerard.

La mágica noche del Return, cuando el regreso de My Chemical Romance fue más real que nunca, Frank se había sentido nervioso hasta el tope. Había pensado tanto en muchas cosas pero al final todas le llevaba al mismo punto de origen, Gerard.

Los años habían pasado, había crecido y madurado en distintos aspectos de su vida pero su corazón nunca había podido cambiar. Nunca había podido dejarlo de amar con esa empedernida intensidad y testigo de ello eran los tres álbumes solistas que había escrito y el EP que incluía un par de sus canciones más profundas.

El futuro que le ofrecía en bandeja de plata el estar de nuevo con Gerard, reviviendo viejas memorias era lo que lo hacía sentir lleno de temor. Pero, una vez más, Jamia había estado ahí para ser su soporte. Ella y los niños iban a acompañarlo en la gira europea y eso lo había hecho sentir bastante mejor. No obstante, esa noticia les había dado al resto de los chicos una idea genial. Todos llevarían a sus familias.

Y eso desencadenó un nuevo tormento en la mente de Frank.

Días después que aquella decisión se materializó con la reserva de boletos y estadías en los hoteles, la pandemia se apoderó del mundo y la gira de reunión se postergó por casi dos largos años.

Durante ese tiempo Frank tuvo la oportunidad de relajarse, descansar su mente y librarse de todo el estrés que le había conllevado pensar en lo que pasaría. Viendo el gran cambio que ocurrió alrededor del mundo, Frank adoptó nuevas perspectivas y se apoderó del pensamiento que no era nada bueno crearse escenarios imaginarios que probablemente no iban a ocurrir, lo mejor era que todo siguiera su ritmo fluido. Al final del día no importaba todo lo que él imaginara, iba a suceder lo que tenía que suceder. Así de simple.

Así fue como después de muchos impedimentos y el doloroso accidente doméstico que había sufrido, donde sus manos salieron lesionadas, las prácticas dieron inicio. Y en un principio Frank volvió a sentir miedo.

Mientras el auto lo llevaba hasta la casa de Gerard, donde pasaría las siguientes semanas sentía su corazón latir desenfrenado y sus manos sudaban de forma exagerada. Está vez estaba solo, no había querido exponer ni a Jamia ni a los niños a enfermarse, y por ende, ellos tampoco iban a poder acompañarlo a Europa.

𝐌𝐲 𝐅𝐫𝐞𝐫𝐚𝐫𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora