Just One Time

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𖧷

—Ni siquiera sé como me convenciste de aceptar esta locura Gee.

—Solo quiero experimentar un poquito más Frankie, además el chico no va a tocar nada, solo va a alquilar su polla y listo, no lo volvemos a ver.

Estaban en la habitación de un hotel esperando a Kevin, un muchacho que Gerard contacto para que, a como dijo anteriormente, les alquilara su pene.

A Gerard le encantaba experimentar en el sexo y Frank nunca decía que no a cada invento loco que se le ocurría. Su más reciente y brillante idea fue un trío, claro que en un principio su pareja se negó rotundamente pero Gerard conocía los métodos exactos para convencerlo.

Por tal razón estaban en ese lugar. Habían hecho una cita previa para conocer al chico y evaluarlo, además que lo llevaron a la clínica de confianza que tenían para descartar cualquier posible enfermedad.

—¿Y si empiezo un poquito antes? —susurró Frank en el cuello del sexy pelirrojo que tenía por pareja.

—No me molestaría en lo más mínimo amor.

Gerard se abrazó del cuello de Frank y mientras se besaban este último coló sus manos debajo del short de Gee acariciando sus glúteos con la izquierda y dejando que la derecha comenzara a jugar con su entrada. Gerard gemía suave entre besos.

Para cuando Frank introdujo dos de sus dedos y estaba dispuesto a lanzarlo a la cama y empezar, el timbre sonó haciéndolos separarse.

—Hola Kevin, pasa —le saludó Gerard un poco acalorado y con las mejillas de un leve rosa.

—Buenas tardes chicos —contestó el joven. Frank medio movió la cabeza en señal de saludo—. Iré al baño a prepararme, ya regreso.

Frank miraba con cara de pocos amigos al muchacho, quien realmente solo hacía su trabajo. Gerard lo estaba observando mientras caminaba hacia la cama donde estaba el de ojos avellana.

—No estés celoso Frankie, recuerda que el chico no tocara ni besara nada.

—Pero es que...

—Nada, aceptamos estar en esto. Es más nosotros lo contratamos, nadie nos obligó, ahora no lo trates mal —le habló serio pero coqueto.

—Está bien Gee —suspiró resignado mientras lo abrazaba fuerte por la cintura dejando que su cara estuviese en la pelvis de Gerard y el miembro ya duro de éste chocara cerca de su boca—. Supongo que no le incomodará ver como te la chupo entonces —ronroneo y sin dejarlo que respondiera bajó su short y bóxer de una, dejando ese rosado y bonito pene de fuera, comenzando a lamer como si de una paleta se tratare.

𝐌𝐲 𝐅𝐫𝐞𝐫𝐚𝐫𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora