XII

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Regina me ofreció ir Cenar high garden a cenar . Mi cara estaba alargada, mis músculos tensión y mis ojeras estaban más notorias que nunca. Mi cabeza solo está ocupada por el pensamiento de mis hijos.

Estábamos sentadas en la parte trasera del auto. Regina estaba fija en el autopista y yo miraba por las ventanas.

—ты можешь снять это левое шлюхистое лицо?, оно начинает меня раздражать —¿puedes quitarte esa cara de zorra dejada?, empieza a molestarme.

nací con esta cara madrina, para tu mala fortuna ni me la puedo arrancar...—contesté sin mirarla.

Regina resopla y coloca mi mano con la suya. —se que no es fácil, pero estar como una puta magdalena no te ayudara en absoluto! Levanta el rostro y enfrenta la realidad. Necesitas que estés firme para poder traer a los niños aquí.

En sus palabras había de todo menos falsedad. Llorar me va a servir de un carajo. —Мне жаль —lo siento...—Solo no me gusta estar lejos de ellos.

—es por su bien, que se aguanten.

...

Después de varios minutos el auto se estaciona en high garden y los empleados toman nuestras cosas, pero lo evito. —No!, yo me iré pronto déjenlas aquí.

Como gatitos me obedecen y resoplé encontrando valor para entrar a la mansión. Para mi mala suerte había "reunión familiar".

—que bueno que llegarán con bien —nos saluda Alex abrazándome y luego a su madre.

—estoy cansada iré a mi habitación. —ignore el hecho de que Christopher, Gema, y su madre estaban cenando muy a gusto.

Estaba cansando, sin ánimos ni energía. Al parecer, aparte de Regina, Sara notó mi comportamiento. Me siguió por las escaleras hasta llegar al pasillo de las habitaciones.

—¿quieres que te traiga algo rico para que cenes a gusto cariño? —me pregunta acariciando mi pierna. Estábamos sentadas en la habitación que me asignó Alex desde pequeña.

—Si... o bueno, no lo sé

—¿que es lo que te pasa?

Pellizqué mi nariz y rompí a llorar. Oculté mis rostro con mis manos y Sara tomó mi cuerpo para adjuntarlo al de ella. Hace años que no recibía un abrazo con un tipo de afecto maternal.

—¿no me vas a contar? —negué en su pecho y lo que eran sollozos se convirtieron en gritos de lamento. —está bien..., llora está bien.

Nos quedamos así por varios minutos hasta que el calor se hizo Intolerable para ambas. Sara colocaba mechones detrás de mis orejas, y trataba de sonreírme con pena.

—Lo siento...

—¿porqué?

—por tomarte como pañuelo, lo siento.

—no tienes porque disculparte, cada vez que necesites llorar estaré aquí para ti. —acarició mi mejilla con su mano. —tampoco tienes que aguantar las ganas de desahogarte, la tristeza es un sentimiento humano. —asentí y me limpié los restos de lágrimas. —te haré un sándwich de salmón, queso crema y pepino. —sara empezaba a retirarse pero paró en el marco de la puerta. —dos preguntas más. —en vez de pan normal te lo hago con croissant? —agité mi cabeza en señal de si. —y...¿quieres que te apague las luces? —volví a decir que si.

...

—¿te quedarás dormir cariño? —Sara colocó el plato en mi regazo. —también te traje un té, para bajar los nervios ya sabes...

"DESCARADA" -Christopher Morgan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora