"DESCARADA" -Christopher Morgan

XIV

—¿mami?...

Pido permiso al ministro para retirarme y contestar la llamada al reconocer la voz de Nat. Me detengo afuera de la sala de reuniones mirando por el ventanal.

—Mi amor, ¿están bien?

—Si, pero no llamaste cuando llegaste a Londres y me preocupe, bueno... nos preocupamos —sonrío con la ternura en su voz —Aleksei también está aquí, le robamos el teléfono al tío reece y tu número nos lo sabemos de memoria.

—no se acostumbren a robar cosas, pero, ¿cómo están ustedes?

—estamos bien —responde Aleksei —iremos a la playa más tarde.

—¡que Rico! Guárdenme piedras bonitas, de esas que me gustan.

—es una promesa —dice Aleksei.

—sabes cuando vuelves... —retoma la llamada Natasha.

Me volteo para revisar la sala de reuniones y que nadie esté escuchando demás, resoplo y les respondo —El próximo mes, tal vez... aún no lo sé mi vida.

—oh —escucho la desilusión en su voz otra vez —esta bien... ¿pero llamarás mucho verdad?

—¡claro que si!, y les prometo llevarle a otra persona cuando vaya.

—¡¿Mi papá?! —dicen al unísono.

—No, pero es la madre de su papá, y también les prometo que pronto los van a conocer, a todos...

—¿y como lo vamos a reconocer y el a nosotros?

Pienso su pregunta unos segundos y encuentro la solución —les mandaré fotos a él tío reece, el las imprimirá y les hará un álbum, así conocerán a su papá, abuelos, tíos...

—¡buena idea! —grita Nat —está bien, hablamos después mami, trabaja mucho y tráeme nueces y collares nuevos.

—¡y yo necesito la saga de misterios romanos! —grita su hermano —Adiós mamá, te amo.

—¡y yo los amo a ambos!

Segundos después cuelgan la llamada y me arreglo el cabello para entrar otra vez. Las miradas de todos se posicionan en mi y me pregunto una y otra vez si estoy haciendo lo correcto.

—¿todo bien? —me pregunta Simón.

—Si, ¡si claro! —Tomo mi silla nuevamente y fijó la mirada en Gauna quien me mira con los ojos entrecerrados. —¿y usted que? ¿Envidioso de que tengo pelo o que?

—tú eres el ser más molesto de esta tierra —me responde —pobre del que se case contigo...

—ay gauna... —finjo tristeza en mi voz —la única persona con la que quería casarme, me la arrebataron... ¡me la quitó el! —señaló a Patrick.

—¡¿Yo?!

—¡Si tu, maldito ladrón de pelo amarillo! Alexandra era mi alma gemela, ¡y el me la Quito!... —colocó una mano en mi boca llorando falsamente.

—aww —responde ale con ambas manos en su pecho —yo también te quiero mucho...

—¡oh Dios! —musita Alex.

—bien, ya que terminamos con asuntos serios y volví en mi máximo esplendor, hablemos de lo que de verdad importa —llamó la atención de todos —¡Brenda!

—¡ay gracias! Nunca me e sentido tan importante en esta central. —me responde con una sonrisa.

—el Coronel y yo estuvimos comprando los mejores regalos para tu Niño.