XXXV

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Katherina

Para ser el algoritmo de mi vida  los días an estado bastante calmados. Christopher construye una buena relación con los mellizos, y yo no tengo mas preocupaciones que saber la locación de Antoni.

El sonido de mi puerta estamparse eliminó cualquier rastro de mi paz mental.

—quiero la verdad, ahora —exige Christopher con su cara de enfado.

Colocó una caja de color negro y terciopelo rojo por dentro. Adjunto a la caja estaba una nota de Antoni, por las siglas, que decía. "Para mi bruja, mi dama, mi mujer de ensueño, mi perra leal, katherina" escrito en italiano y con una caligrafía exquisita. También estaba la famosa jadeita de los Mascherano que antes le había pertenecido a rachel.

—es bástate fea la verdad —respondí con desinterés.

—¡¿tienes una puta relación con antoni?! —grita sin un gramo de coherencia.

—¡ay no pues si! —contesto con sarcasmo —todas las noches sin falta lo llamo para ponernos de romance, contarnos los chismes, y buscar la superficie del triángulo. —el Coronel no responde sólo me mira con los ojos entrecerrados. —¡como carajos te pones a pensar que si quiera hablo con antoni.

—¿y porque diablos te manda esas cosas haciendo alusión que eres su mujer?

—ay perdóname, es que todavía no me gradúo psíquica y controlar los movimientos de los demás.

—espero que no me estés mintiendo Katherina. —masculla tomando la caja nuevamente —destruiré esto en mil pedazos, y pon algo de distancia entre tú y Mascherano, ¿entendido?

—entendido papi, ahora salga de aquí y no me moleste.

...

Había aprendido a no hacerle mucho caso a los impulsos de Christopher. Por más que se enojara y gritara aprendí a no alterarme yo también, pues seríamos dos tigres peleando por un pedazo de carne, y terminaríamos mal, bastante mal.

Después de terminar con todos mis pendientes en la central me dirigí al high garden por mis hijos. Como reece y Regina se quedaron aquí podían cuidarlos hasta que pudiéramos inscribirlos en la academia militar en el próximo ciclo.

Entré si tocar y saludando Regina, Sara y reece. Busqué con la mirada a los mellizos sin éxito.

—¿Sara donde están mis hijos? —pregunte esperando una respuesta rápida.

—Alex, me dijo que estarían esta tarde con Christopher en el centro comercial.

—eso es imposible, acabo de salir de la central y Christopher se quedó allí, me hubiera enterado si llegaron a la central... —observé a todos en la sala mientras se miraban entre sí —Sara, ¿donde están mis hijos? —pregunta ya aún más exaltada.

—ellos están bien, kat —dice Alex bajando de las escaleras y me alivie de inmediato.

—¿donde están? —dije pasando una mano por mi cabello.

Alex observa a Regina y a los demás un segundo —ellos..., los mande a pasar la tarde con Gema.

Estallé—¡¿porqué hiciste eso Alex?!, ¿quien te dio el permiso de dejar a MIS HIJOS con esa mujer?

—acompáñame Katherina, por favor.

—No, lo que me quieras decir me lo dices aquí y ahora.

—¡Bien!, te dejé bastante claro que los planes de matrimonio con Gema y Christopher seguían en pie. Si, es cierto, toda esa mierda de que cuido a sus dos hijos todos estos años para que no se vieran afectados funcionó y la perfección, te felicito Katherina nos diste 2 puntos más para la maldita candidatura. Pero si Gema no mantiene una buena relación con los que serán sus futuros hijastros se verá mal.

—¿y a mi que?

—Si a ti no te importa a mi si, katherina, limpiar la reputación de Christopher es esencial. Eso de que pueden tener una familia sana y estable es pura mierda. Tu estuviste allí, acompañando a Christopher en todas sus malas desiciones, y por mucho que te quiera y aprecie, no veo un futuro beneficiable para ambos si continúan en una relación clandestina.

¿Tenía razón, o no?, ¿tengo que alejarme de él por su bien, o no?, ¿soy la mejor opción para el, o no? Todas esas preguntas me invadieron y me hicieron preguntarme una vez si estaba tomando la decisión correcta. Se lo importante que es para Christopher ser el nuevo ministro, a sido su sueño y su meta desde hace años, y porque lo amo, quiero que las cumpla, porque quiero verlo feliz.

—está bien —asentí —haré lo que quieras..., pero no vuelvas a usar a mis hijos como títeres para tus ambiciones, Gema no es y nunca será su madre, mientras yo viva seré la única que tomé una decisión absoluta sobre mis hijos.

Afortunadamente en ese instante vuelve Gema con los niños, quienes no la tocaban para nada, y mantenían una cara de disgusto.

—mamá...—susurra Nat apegándose a mi con su hermano.

No tarde más y me los llevé a ambos ardiendo en ira, y tristeza. No me despedí, solo me marché a mi departamento. No había vuelto a dormí allí, solo a pasar el rato, desde la muerte de Sol. La única razón por las que los mellizos no habían preguntado por ella, es porque nunca se las presente en sí, no tenían un vínculo ni una relación.

Manejé en silencio la mayor parte del camino, hasta que me interrumpió la voz de Nat.

—¿estas enojada con nosotros? —alcanzó a oír.

—No mi cielo, nunca.

—No queríamos ir —dice Alek —lo juro.

Alcanzo su barbilla con una mano acariciandolo.

...

Llegamos a casa y aún siento la presión fría en toda la sala. No me gustaría que los niños durmieran allí, pero necesitaba descansar mentalmente  con ellos a mi lado. Compré 3 boletos a Rumania donde vivía mi abuela, la madre de mi madre. Cuando mis papás murieron, acogerme para ella era imposible, pues vivía en área rural y yo estaba embarazada, por lo tanto mi fui a vivir con los romanov.

—¿recuerdan que los prometí un viaje para nosotros 3?

—¡Si! —gritan al unísono.

—en unos minutos salimos a Rumania.

—¿porqué Rumania? —pregunta Aleksei.

—allá vive mi abuelita, nunca la an visto así que me hace ilusión que la conozcan.

—¿papá ira? —se une Nat, mientras que juega con su trenza.

—No —me a sincero —papá... necesita poner sus ideas en orden.

—me gustaría que papá fuese.

—No creo que a donde iremos sea un lugar apropiado para Christopher, es más un campo que una ciudad.

La ropa de los niños estaba en el penthouse así que tenía que comprarles cosas en el aeropuerto.

Tomé mis cosas necesarias u salí con mis hijos rumbo a Rumania.

...

"DESCARADA" -Christopher Morgan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora