hogar

2.9K 187 32
                                    

Me despierto con el sonido del tren que indica que el viaje ha llegado a su fin. Junto con los demás pasajeros, desciendo de la máquina y voy por mi equipaje. No tengo a nadie que salga a recibirme, así que sigo mi camino obviando las miradas de algunas personas; camino despacio preparando a mis ojos para ver lo que sea que haya que ver.

Cuando salgo de la estación, me topo con la cruel realidad; hay maquinarias dispersas en distintos puntos del distrito: levantado escombros, demoliendo algunos edificios que quedaron medios parados, recogiendo lo que parecen ser cadáveres; algunos trabajadores van de allá para acá, analizando los planos, sacando las piedras y apilándolas en un motón, algunos conversan con las personas que se ofrecieron a ser voluntarios en el trabajo de reconstrucción. Tomo un poco de aire y lo boto por la boca, suspiro pesadamente y sigo caminando.

Llego a lo que era la aldea de los vencedores, como estaba un poco más apartada de la veta, no sufrió grandes daños; al menos la de Haytmich sigue de pie, igual que la de Katniss. Me obligo mentalmente a no desviarme de mi camino, al pasar por al frente de su casa no puedo evitar mirar de reojo. Al menos su hogar se ve bien, está de pie, presenta algunos daños pero nada grave. No escucho nada en su interior, no hay ni una sola luz prendida... parece una casa abandonada.

Decido seguir mi rumbo sin detenerme, y cuando por fin llego a mi casa... abro la puerta. Dejo la maleta en el suelo y observo lo que hace unos meses atrás era mi hogar; hay mucho polvo, en las orillas del techo se ven algunas telarañas, el living está desordenado, hay restos de papeles esparcidos en el suelo, se han caído algunas cosas- supongo que producto del bombardeo-. Me pregunto por donde debería empezar.

Subo a mi cuarto con la maleta, y cuando llego a mi dormitorio veo que la cama está desarmada, se rompió el vidrio de mi ventana y el armario está en el suelo, lo poco de ropa que tenía está botado en el suelo junto con algunos zapatos.

Dejo la maleta en el suelo, levanto el armario; al estar desocupado no pesa demasiado, ordeno la ropa del suelo, las meto en una bolsa porque tengo que lavarla, saco las prendas que tengo en la maleta y las guardo inmediatamente. Recojo los pedazos de vidrio en el suelo - como me gusta dormir con la ventana abierta, no coloco nada para impedir que entre el viento. - barro el segundo piso y ordeno los dormitorios continuos; bajo las escaleras y limpio la cocina; hago lo mismo con el living, saco el polvo y las telarañas, corro los muebles para hacer un aseo profundo, recojo los papeles del suelo y los boto al basurero. Me demoro alrededor de dos horas dejar la casa impecable.

Me he dado cuenta que no tengo alimentos, tengo que mandar a arreglar la ventana, comprar algunos muebles y reconstruir un pedazo del techo porque se anduvo desmoronando en una de las piezas, pintar las paredes. Muchas cosas, pero no sé cómo hacerlo, en estos momentos deben estar todos preocupados de reconstruir todos los hogares de Panem. Corroboro que el teléfono funciona y llamo a Plutarch.

- Buenas tardes, usted se ha comunicado con la oficina del Sr. Plutarch Heavensbee, ¿en qué puedo servirle?

- Hola, soy Peeta Mellark y necesito comunicarme con el Sr. Plutarch, si fuera tan amable.

- Por supuesto, le transfiero su llamado, esperé en línea por favor.

Suena una especie de melodía y al minuto escucho su voz - Peeta, que grata sorpresa ¿cómo te encuentras?

- Hola Plutarch, bien gracias. Estoy de vuelta en el doce, ya me dieron de alta y en estos momentos te estoy llamando de mi casa.

- Me alegro mucho que te encuentres mejor, siempre fui optimista con respecto a tu tratamiento. Sabíamos que no sería fácil borrar lo que el capitolio te hizo, pero ya vez estás impecable y es una alegría.

- Gracias. Sé que siempre estuviste pendiente de mí y mi recuperación; y sé que en estos momentos debes estar ocupado pero... creo que necesito algunas cosas para mi casa.

- No te preocupes, eres amigo y puedo darte el tiempo necesario. Dime ¿que necesitas?

- Bueno lo principal alimentos, la mayoría de las cosas que tenían ya vencieron. Vendí muchas de mis cosas cuando me fui de aquí... te imaginarás que no tenía contemplado volver.

- Sí, me imagino- Su voz se apaga un momento, pero la alegría lo invade casi de inmediato- ¡Pero estás de vuelta y es lo que importa!. Mira hagamos una cosa, te comunicaré con mi secretaria, dile todas las cosas que necesites y yo me encargaré de reunir lo que más pueda y mandártelo mañana. ¿Te parece bien?

- Si, por supuesto. Muchas gracias Plutarch.

Una vez finalizada mi llamada, me quedo de pie unos momentos. ¿Qué se supone que haga ahora?, no tengo nada. Ya ordene la casa y no quiero ir a ver a Haytmich o Katniss. Decido salir y ver en qué puedo ayudar con la construcción... total Plutarch me aseguro que me mandaría una caja con alimentos mañana temprano.

Hago el mismo trayecto que anteriormente pero viceversa, salgo de la aldea sin mirar las casas de mis dos vecinos; llego a donde están los voluntarios y los trabajadores. Hablo con uno y pregunto si puedo cooperar con algo. -Sí, claro nos hace falta toda la ayuda posible- Me entregan una especie de traje de seguridad.

Estoy alrededor de cuatro horas trabajando. Me convidan un poco de almuerzo y agua. Cuando está empezando a esconderse el sol, me veo admirando el atardecer... esos colores, esas tonalidades que se forman alrededor del sol son realmente fascinantes. Cierro los ojos y me imagino dibujando ese hermoso paisaje. - ¿Peeta?

Me doy vuelta y la veo... Ahí está con esa hermosa sonrisa, sus ojos muestran la sorpresa y la alegría de verme. No ha cambiado mucho, a excepción que está un poco más delgada, pero la perdida de kilos le sienta de maravilla. Ya no es la niña que conocí en el colegio, ahora es toda una jovencita. Le devuelvo la sonrisa y abro los brazos, ella entiende mi indirecta y se avienta con toda la rapidez del mundo. Nos fundimos en un abrazo eterno, no sabemos cuánto tiempo estamos así, pero al separarnos nos miramos a los ojos y ambos sonreímos.

- Hola Delly.

Crescendo (THG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora