inesperado

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Capítulo 13.

Hasta ahora he contado lo que parece ser una historia normal, donde un chico trata de rehacer su vida después de haberlo perdido todo. Y cualquiera pensaría que las cosas parecen estar funcionando para Panem, pero seria contar una mentira.

Ojala las cosas hubieran pasado muy distinto a como en realidad pasaron, hay cosas de las cuales me arrepiento, otras de las que no. Ojala pudiera decir que todos vivimos felices, pero la vida no es una fábrica de conceder deseos; lamentablemente la vida es cruel y te presenta muchos obstáculos, los cuales parecen aumentar a medida que avanzas a la meta. Después de todo lo que viví, creí que ya habría saltado varías dificultades pero estaba profundamente equivocado.

Sí me lo permiten me adelantaré unas cuantas semanas y contaré lo que es realmente relevante.

Con Katniss oficializamos nuestra relación, al día después de habernos declarado, me vine a vivir con ella. Hacemos vida en pareja, ambos estábamos trabajando y de vez en cuando invitamos a Haytmich almorzar; estoy demasiado contento, todos los sueños que tuve desde pequeño se están cumpliendo y lo mejor de todo con la persona que más he amado y podré amar en este mundo.

La panadería ha tenido resultados exitosos. Abrimos hace cuatro días y la gente no para de comprar panes, pasteles y galletas. Mis ayudantes poco a poco van aprendiendo las técnicas del glaseado y decorado. Con el tiempo se les hará demasiado fácil aprender el arte de amasar pan.

Almorzamos todos juntos y eso nos da espacio para conocernos un poco más. La verdad es que todos son buenas personas, lo mejor es que ninguno hace comentarios o preguntas respecto a la guerra, los juegos o los trágicos amantes. Me tratan como una persona común y corriente lo cual agradezco enormemente, ya que no faltan las personas que se acercan a ti para felicitarte o preguntarte cosas; es más el día que inauguramos la panadería vino la prensa desde el capitolio y nos formularon un montón de preguntas a Katniss, Haytmich y a mí. Las cuales no respondimos y nos dedicamos a hablar del negocio.

Una tarde estábamos cerrando la panadería; ese día en particular fue bastante movido. Vendimos todo y en más de alguna ocasión tuvimos que hacer más pan del estipulado porque la gente no paraba de comprar. Pero es dinero que ingresa y con eso le pago a los chicos y de paso ahorro para el futuro.

- Bueno Peeta, la cocina quedo limpia, ¿no sé si quieres que hagamos algo más?

- No James, tranquilo pueden irse a casa. Mañana será un nuevo día, les separé sus panes para que lleven. Esta es para ti, esta es para Asley.

- Ay Peeta no debiste preocuparte. Ya te dije que no nos tienes que regalar el pan somos unos clientes más y exigimos pagarlo.

- Es verdad maestro, ya bastante has hecho dándonos el puesto para trabajar; lo mínimo es que paguemos por llevarlos algo de mercancía.

- Mercancía que ustedes me ayudan a preparar Christopher, y te he dicho que no es necesario que me llames maestro. No soy tan viejo.- Todos nos reímos. La verdad es que se está formando un excelente equipo de trabajo aquí, hay un ambiente laboral sano entre nosotros, conversamos, nos reímos, cooperamos y poco a poco nos vamos atreviendo a contar las cosas personales. - No seas testarudo y recibe la bolsa de pan.

- Está bien, está bien ya que estás regalándome el pan, al menos déjame pagar por llevarme estas galletas. Que de paso a Asley le quedan excelentes.

- Gracias Tomás cuando quieras puedo enseñarte a hacerlas.

- Bueno vamos andando, se nos va a hacer más tarde y seguramente mi familia me están esperando con el té listo.

- Tomás tiene razón. Bueno adiós chicos nos vemos mañana- Asley se despide con un beso en la mejilla y se va rumbo a su casa.

- Bueno yo también me retiro. Ojala mañana no hayan DEMASIADO pedidos, ¿cómo es posible que la gente coma tanto pastel?

Crescendo (THG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora