Crescendo (THG)

siempre

Capítulo 7.

Nunca pensé cómo sería mi muerte, ni siquiera cuando participe en los juegos del hambre. Morir no me asusta, menos cuando te sacrificas por la persona que amas. Lo dije una vez y lo repetiré las veces que sean necesarias; mi único deseo es y siempre será salvar a Katniss.

No sé cuánto tiempo paso pero cuando abro los ojos, siento un dolor punzante que me recorre desde los pies a la cabeza, siento los labios secos y le cuesta a mi vista familiarizarse con el entorno. Por un momento creí que estaba soñando y que en cualquier momento despertaría en mi habitación del distrito trece o en el capitolio; pero cuando veo a Haytmich medio sentado en la silla con la cabeza hacia abajo y los ojos cerrados, comprendo que no me encuentro en ninguno de esos dos sitios.

Hago un esfuerzo sobrehumano por mover mis labios y articular una palabra- ¿Haytmich?- Al escuchar mi voz se despierta y al ver que estoy consciente se levanta de un salto.

- Chico, ¿cómo te encuentras?- Su cara muestra preocupación, al igual que el tono de su voz.

- Bien, ¿Qué fue lo que paso?- Me llevo las manos a la cabeza.

- ¿No te acuerdas de nada?

Hago intentos de recordar; veo a la sombre afirmando a Katniss, veo los ojos de ella asustados, siento la bala penetrar en mi cuerpo, siento la sangre, veo a Haytmich sacando su cuchillo y después nada. - Un poco, recuerdo que el hijo de Coin tenía a Katniss... ¿¡Cómo está ella!?- Hago intentos de levantarme pero él me lo impide.

- Tranquilo chico, ella está bien. El hijo de Coin fue trasladado al capitolio donde le harán un juicio y lo condenarán por intento de asesinato en tu contra y la de nosotros.

- ¿Qué fue exactamente lo que paso allá Haytmich?

- Después de qué Max te disparará, con Katniss logramos noquearlo, lo atamos y llamamos al hospital y a los agentes de la paz. Ellos se llevaron a Max al capitolio y el equipo médico vino por ti. Chico, estabas empapado en sangre, perdiste la conciencia y apenas tenías signos vitales. Casi te perdimos, tuvieron que hacerte una operación para sacarte la bala y luego una transfusión de sangre para reponer la que perdiste.

- ¿Y katniss?- La verdad es que me hubiera gustado que ella estuviera aquí para recibirme cuando despertará, no es que la presencia de mi mentor me moleste pero ¿no di mi vida por ella?

- Ella fue a buscar un poco de leche con chocolate, llevamos dos días enteros aquí. Ninguno de los dos se ha despejado de tu lado.

- ¿Dos días? ¿He estado inconsciente dos días?

- Sí, Delly y su prima han venido a visitarte, también Sae y Plutarch está por aquí. Fue a hablar con el médico pero ya debe estar por volver.

La puerta se abre y por ella entra Katniss con una bandeja en la mano, lleva dos vasos plásticos, al ver que estoy despierto se apresura y casi desparrama el contenido en el suelo. Deja la bandeja sobre la mesa de estar y me abraza. Yo se lo devuelvo inmediatamente, solo el cielo sabe cuánto extrañaba este tipo de contacto con ella.

- Peeta- Sus ojos hacen un chequeo completo a mi estado, asegurándose que todo esté bien. Veo la culpa, la pena y la alegría en sus ojos.

- Tranquila, estoy bien. He salido de peores situaciones- Le sonrío y le tomo la mano, como una forma de transmitirle calma. Ella me sonríe de vuelta y Haytmich se nos une. Nos quedamos los tres un momento mirándonos uno a los otros y por primera vez en mi vida me di cuenta que no todo está perdido. El capitolio pudo torturarme, golpearme, manipular mis recuerdos e incluso matar a mi familia, pero la vida me ha dado otras cosas; me dio a dos personas que sin quererlo se han convertido en mi nueva familia.