La historia de Peeta 2/4

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Capítulo 28.

- ¿Realmente esto va a pasar?.- Con Katniss estábamos pasando por la plaza del distrito doce. Los agentes de la paz estaban preparando las cosas para las elecciones: habían urnas, cámaras, un escenario, iluminación y un montón de cosas más.

- Eso parece. ¿Tú ya sabes cuál será tu votación?

- Sí. Voy a votar para que se les haga un juicio y sean condenados a cadena perpetua. ¿Y tú?

- También, no quiero más asesinatos ni muertes. Por más que hayan hecho cosas malas en el pasado, viéndolos morir no reviviremos a nuestros seres queridos, eso solo nos carcomerá el alma... más de lo que ya está.

- Hable con Gale anoche.

- ¿Y qué dice?

- Dice que su familia está preocupada por las elecciones, todos temen que vayan a votar por los juegos o la ejecución. Gale está convenciendo a algunos de que solucionemos esto de forma más pacifica pero como dijiste tú, hay muchos que están pensando con la rabia y no con la conciencia. Me siento como si estuviéramos en días de cosecha, será realmente aterrador.

- Quizás nos estamos apresurando un poco- llegamos al quemador donde el puesto de Sae- tal vez no pase nada malo y estamos dejando que el miedo nos nuble el juicio.

- Puede que tengas razón, bueno debo trabajar. ¿Qué harás el día de hoy?- Hoy era viernes y la panadería solo atendía hasta el mediodía.

- Leer, tocar el piano, pintar o componer algo, no lo sé. Algo se me ocurrirá no te preocupes. Es una lástima que por esto se cancelará tu fiesta de cumpleaños.

- Por mí me alegro, no tendré que usar los zapatos de Effie. ¿Me imaginas usando tacos de 10 cm?

- No, la verdad es que no. Te ves hermosa con vestido y maquillaje pero te prefiero así: Con trenza, la chaqueta de tu padre, unos botines y las flechas; esa es la Katniss que yo conocí toda mi vida. La de los vestidos y peinados es una invención.

- ¿Qué te enamoro de mí?, siempre dices que fue por mi forma de cantar pero ¿no hubo otra cosa?

- Sí, la verdad es que la hubo, pero si no te molesta prefiero guardármela para mí. Ahora debo volver a la panadería. Quizás algún día te lo cuente.

- Está bien, esperaré ansiosa ese algún día.- Le doy un pequeño beso en los labios y en la frente.

Mientras salgo del quemador puedo escuchar brevemente algunas conversaciones, todos hablan de las elecciones; algunos están de acuerdo en que vuelvan los juegos, otros aprueban el fusilamiento y otros prefieren no opinar. Al parecer nadie va a optar por la vía más pacífica, personalmente encuentro que es un castigo mucho más severo. La muerte es darle una oportunidad, en cambio encerrarlos el resto de su vida y que piensen día a día lo que hicieron es peor que diez torturas juntas; los reos van a estar esperando morir y lo más posible es que ni siquiera hagan los intentos de salvarse si se aprueban los juegos, ¿qué tienen para ganar?... no ganarán fama, dinero o popularidad; definitivamente no ganarán nada, pero la gente está cegada por el odio que no verían un elefante aunque se les pusiera encima.

Cuando llego a la panadería, mis compañeros ya estaban allá. Estaban hablando pero cuando me ven entrar se quedan todos callados: estaban sentados en la mesa tomando desayuno. Se miran nerviosamente y hacen como si no hubiera pasado nada.

- Si estaban hablando de las elecciones pueden continuar- Me dirijo al mueble y saco mi taza, me sirvo un poco de té y saco unas galletas. Siento la mirada de todos a mi espalda, cuando me volteo se hacen los desentendidos, me siento en la silla que queda e hundo mi cabeza en mis brazos.

Crescendo (THG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora