༻༺
En todos los años que llevaba de conocerlo, Mika jamás pensó que Takemichi fuera a meterse en un lío tan grande como en el que estaba ahora. Cuando se había enterado que por culpa de una pequeña mentira ellos se metió en problemas y terminó siendo golpeado junto al resto de sus amigos, quiso pegarle ella también por ser tan descuidado. Y como si fuera poco, los hacían participar en peleas que obviamente no iban a ganar, y Takemichi decidió reemplazar a Takuya a último momento para defenderlo de ser lastimado. Todo esto llamó la atención de Manjiro Sano, líder de la Tokyo Manji Gang, acompañado de su segundo al mando, Draken. Se acercó rápidamente a Takemichi, causándole sorpresa y haciéndolo caerse sentado.
— ¿Cuál es tu nombre? — le preguntó aún de pie mientras él lo veía desde abajo.
— T-Takemichi Hanagaki. — su pánico era evidente, pero aún así respondió.
— Ya veo... Takemicchi.
— ¿Huh?
— Eso es lo que Mikey dijo, así que así es. — mencionó Draken. — ¿Entendido, Takemicchi?
— ¿Ah? — Mikey de pronto se agachó, tomando la parte de atrás de la cabeza de Takemichi, y sonriendo se acercó más a él.
— ¿De verdad eres de secundaria? — cuestionó, aún con una gran sonrisa en su rostro. — Takemicchi... a partir de hoy, eres mi perra, ¿entendido? ♡
Mika no sabía qué tipo de persona era el tal líder de la pandilla, pero sí sabía que había tenido suficiente por un día y necesitaba intervenir. Poco le importó si llamaba la atención o si no debería hacerlo; tampoco podía dejar ahí a Takemichi sabiendo lo indefenso que estaba.
Caminó directamente hacia donde ellos estaban y se paró enfrente de Manjiro, con clara molestia en su expresión, aunque no la suficiente como para decir que estaba furiosa.
— No quiero ser grosera, pero ¿qué mierda está pasando aquí? — el contrario la miró de arriba a abajo, como tratando de analizarla. — Realmente no me importa lo que estés haciendo siempre y cuando no andes dándole órdenes a Takemichi, y también, ¿por qué dirías algo tan raro como que él es tu perra de un momento para otro? No es objeto, y creo que ya tiene la vida lo suficientemente jodida. Él ha estado desesperándome desde hace unos días por eso y ya no aguanto que siga llegando gente a tratarlo mal; me preocupa.
— Así que, ¿te da igual siempre y cuando no le haga daño? — le preguntó para confirmar.
— En pocas palabras, sí.
— Takemicchi es mi perra ahora. — reafirmó lo que dijo anteriormente de un modo que dio a entender que ese era un hecho ya decidido por él.
ESTÁS LEYENDO
𝙳𝚎𝚊𝚝𝚑 𝙶𝚕𝚊𝚛𝚎 - 𝚃𝚘𝚔𝚢𝚘 𝚁𝚎𝚟𝚎𝚗𝚐𝚎𝚛𝚜
Hayran Kurgu𝘗𝘢𝘳𝘢 𝘣𝘪𝘦𝘯 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘮𝘢𝘭, 𝘭𝘰𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘴𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘯𝘵𝘢𝘯𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘢𝘭𝘮𝘢, 𝘺 𝘴𝘶𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘳𝘦𝘧𝘭𝘦𝘫𝘢𝘯 𝘶𝘯 𝘮𝘪𝘴𝘵𝘦𝘳𝘪𝘰 𝘵𝘢𝘯 𝘨𝘳𝘢𝘯𝘥𝘦 𝘦 𝘪𝘯𝘥𝘦𝘴𝘤𝘳𝘪𝘱𝘵𝘪𝘣𝘭𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘰𝘴 𝘴𝘦 𝘩𝘢𝘯 𝘴𝘦𝘯𝘵�...