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𝟻 ᴅᴇ ɴᴏᴠɪᴇᴍʙʀᴇ ☽
UNOS días habían pasado desde el evento que ahora se conocía como “Halloween Sangriento”. Kisaki estaba tratando de mantener un poco de distancia con Mika, puesto que aún se veía algo enojada, pero se mantenía en contacto con ella. En especial porque actuaba como si no estuviera furiosa cuando era obvio que sí; era un poco... preocupante.
Ahora estaba en su oficina, mientras ella no estaba, terminando de revisar algunos detalles para el próximo paso de su plan. Debía admitir que tenerla de su lado había resultado ser bastante ventajoso, pero claro, la información que tenía a la mano seguía siendo limitada.
Ahora que lo pensaba... se acercaba ese evento al que Mika lo invitó. En la invitación no venía el tipo de evento; sólo la dirección y una nota que decía “vestimenta formal”.
Escuchó la puerta abrirse y no se molestó en dirigirle la mirada. Algo que había aprendido sobre Mika era que, cuando no estaba de humor, era mejor no hablarle a menos que ella te hable primero porque si no todo termina en una discusión.
— Por favor no me llames; estaré en una reunión en otra sala. Necesitaba unos papeles que tenía aquí.
— Que te vaya bien.
— Sí, gracias. — abrió la puerta para volver a salir, sosteniendo un pequeño maletín con su otra mano. — Regreso como a las cinco.
Cerró al salir, dejando a Kisaki en lo suyo. Trataba de no ser grosera, pero su estado de ánimo no le ayudaba nada.
Se reunió con unos cuantos de sus compañeros de trabajo y discutieron los eventos del 31 de octubre. De dos muertes de que estaban programadas para ese día, solo una se cumplió, e incluso cambió el motivo de muerte. Para Mika, que estaba a cargo de esos asuntos, las cosas no se veían bien en ese momento.
— Como tus compañeros, sabemos lo mucho que te esfuerzas en tu trabajo. — uno de los dos, de cabello castaño, le habló. — Demonios, puede ser que seas las más dedicada aquí. ¡Y tu trabajo siempre ha sido impecable! Así que, ver que estás teniendo tantos problemas... es tanto triste como decepcionante...
— Nosotros lo entendemos, pero el CEO... — su segundo compañero, el rubio que la acompañó el tres de agosto, mencionó. — No sé cuánto más vaya a tolerar. Ya sabes cómo es respecto a los errores.
— Lo sé, ¿por qué crees que he estado furiosa toda la semana? Me pueden despedir por esto. Con todo el tiempo que le he dedicado a esto...
El rubio la miró con una ligera expresión de incomodidad, para luego volver a hablarle.
— Mika... ¿y si renuncias? — la mencionada parpadeó, incrédula, y no se contuvo a la hora de responder.
— ¡Jamás voy a renunciar! Es difícil, pero no me rendiré. Si me voy de esta empresa, será porque me despiden, y me aseguraré de no darles razones para hacer eso tampoco.
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𝙳𝚎𝚊𝚝𝚑 𝙶𝚕𝚊𝚛𝚎 - 𝚃𝚘𝚔𝚢𝚘 𝚁𝚎𝚟𝚎𝚗𝚐𝚎𝚛𝚜
Fanfiction𝘗𝘢𝘳𝘢 𝘣𝘪𝘦𝘯 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘮𝘢𝘭, 𝘭𝘰𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘴𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘯𝘵𝘢𝘯𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘢𝘭𝘮𝘢, 𝘺 𝘴𝘶𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘳𝘦𝘧𝘭𝘦𝘫𝘢𝘯 𝘶𝘯 𝘮𝘪𝘴𝘵𝘦𝘳𝘪𝘰 𝘵𝘢𝘯 𝘨𝘳𝘢𝘯𝘥𝘦 𝘦 𝘪𝘯𝘥𝘦𝘴𝘤𝘳𝘪𝘱𝘵𝘪𝘣𝘭𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘰𝘴 𝘴𝘦 𝘩𝘢𝘯 𝘴𝘦𝘯𝘵�...