𝚇𝚇𝚇𝙸𝚇

23 1 0
                                    

༻༺

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

༻༺

FRÍO.

A pesar de haber corrido durante horas, Mika tenía frío.

El día en que su madre murió, y el que salió corriendo lejos de su casa, sintió un escalofrío desconocido muy dentro de su ser. Una frialdad que, ella no sabía, la acompañaría durante el resto de su vida.

Recordaba haber corrido como si estuviera en una maratón hasta que sus piernas se cansaron. Era todavía muy pequeña, y aunque ya la habían acostumbrado al deporte, era apenas tan resistente como una niña de cinco podía ser. De vez en cuando, se resentía por eso; porque no era capaz de exceder los límites mortales que la ataban a un estándar predeterminado. Por ser humana. Porque no importaba cuánto quisiera ser perfecta, los seres humanos están hechos para errar, y eso era algo que ella detestaba. Así que, en ocasiones, detestaba su propia humanidad. ¿Por qué no podía ser un ser superior inalcanzable, que ni siquiera tiene que correr porque siempre puede llegar a donde quiere sin esforzarse? ¿Por qué ella, a pesar de lo mucho que quería, tenía que ser dándolo todo; incluso más de lo que tenía con el fin de alcanzar aquello que anhelaba? ¿Por qué ella tenía que correr? ¿Por qué ella tenía que sufrir?

Adoloridas y acalambradas, sus piernas también decidieron fallarle cuando de un pronto a otro cayó de cara en el suelo. Su cara se llenó de raspones, pero en vez de llorar, solo frunció el ceño.

Odiaba esa sensación.

Estar tirada en el suelo sin poder hacer nada... herida, sin saber a dónde iba y estando indefensa... mirando hacia arriba desde el suelo...

Lo odiaba.

Cuando estás en el suelo al caerte de cara, de hecho, ni siquiera puedes ver hacia arriba. Solo ves el suelo sucio y feo en el que se estrelló tu rostro, y la vista es horrible. Te hace sentir patético. Como una hormiga que no se da cuenta del humano sosteniendo una lupa y que está a punto de matarla con el sol. ¿Era así como se sentía dios acerca de sus creaciones? ¿Como hormigas a las que en cualquier momento puede apuntar la lupa y hacerlas desaparecer? ¿O escucharía sus oraciones sobre querer seguir manteniéndose en el plano mortal al menos hasta tener la edad para probar alcohol? Aunque... si era sincera, el alcohol sonaba asqueroso. Quizás se mantendría con vida hasta poder besar a un chico. Eso era un estándar, ¿no? ¿Una de esas cosas que sí o sí debes hacer aunque sea una vez en tu vida para decir que está completa?

....

Que desalentador.

Pasos lentos haciéndose más ruidosos al segundo llamaron su atención; dos pares de pies en el suelo en el que su cara también estaba. Al detenerse frente a ella, uno de ellos habló:

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝙳𝚎𝚊𝚝𝚑 𝙶𝚕𝚊𝚛𝚎 - 𝚃𝚘𝚔𝚢𝚘 𝚁𝚎𝚟𝚎𝚗𝚐𝚎𝚛𝚜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora