𝚇𝚅𝙸

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MIENTRAS tanto Mika, la de 12 años en el pasado, se encontraba caminando tranquilamente en dirección a ver a alguien. Tenía aún muchas cosas que hacer, pero le había prometido a Mikey que iría a ver a Mitsuya porque él quería que le hicieran un uniforme y que fuera miembro oficial de la ToMan. A pesar de la espontaneidad de su propuesta, a Mika no le molestaba; no tenía problemas defendiéndose y el único que podría llegar a regañarla era su hermano, pero fácilmente podía su arma secreta y decir: “Tú fuiste peor cuando tenías mi edad”.

Ese se había convertido en su nuevo argumento favorito.

Como sea, regresando a lo actual, Mika estaba llegando al lugar donde residía Mitsuya para poder hablar con él; quizás disculparse por si llegaba a parecer que estaba enojada, que no le agradaba o que estaba siendo grosera. Ya había aprendido la lección con el incidente de Hinata; necesitaba ser clara y expresar que no acostumbraba acercarse demasiado a las personas. Pensó que Mitsuya era buena persona y lo entendería; al menos podía estar segura de que no estaría enojado o, pensando en el peor escenario, irritado con su presencia por haberlo ignorado varias veces, pero él no se veía como ese tipo de persona.

Decidió relajarse y tratar de ser amable por una vez en su maldita vida; su madre no había criado a una antisocial.

Tocó la puerta después de respirar profundo y masticar el chicle en su boca; se escuchó un “ya voy” desde adentro junto a pasos aproximándose, y poco después Mitsuya le abrió la puerta.

— Mikey te mandó, ¿verdad? Pasa. — la invitó manteniendo una amable sonrisa, quitándole a la fémina la preocupación de que él podría estar enojado por algo.

— Con permiso. Oh. — notó la presencia de dos niñas en el lugar e instintivamente miró a otro lado, cubriendo sus propios ojos con sus manos. — ¿Son tus hermanas?

— Sí, pero... ¿por qué cubres tus ojos?

— Es sólo... cosa mía.

— ¿Qué le pasa a la señorita? ¿La asustamos? — Luna le preguntó a su hermano de forma inocente en un susurro.

— Tal vez. Voy a tratar de hablar con ella, así que traten de no hacer mucho ruido para que no se asuste más. — la verdad era que no sabía qué le pasaba a Mika, pero con las niñas presentes, tenía que medir sus palabras y acciones para que ellas no piensen que se están peleando o algo así. — Tamashi, son niñas y además son muy educadas, no pueden hacerte nada.

— No me preocupa lo que ellas puedan hacerme. — ahí él se dio cuenta de que había algo más detrás de su actitud, pero lo más probable era que se tratara de algo personal.

— Niñas, — Mitsuya volvió a agacharse para dirigirse a sus hermanas en voz baja. — ¿y si se van a su habitación un rato mientras ella está aquí? No tardaré mucho hablando con ella y estaremos cerca, pero no queremos que se sienta incómoda. ¿Me podrían hacer ese favor?

𝙳𝚎𝚊𝚝𝚑 𝙶𝚕𝚊𝚛𝚎 - 𝚃𝚘𝚔𝚢𝚘 𝚁𝚎𝚟𝚎𝚗𝚐𝚎𝚛𝚜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora