【 𝙎𝙤𝙣𝙙𝙚𝙧 】

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SOLTANDO un suspiro, Shikei azotó la carpeta en su mano contra la mesa. No había podido dejar de pensar desde que Mika le dio la noticia de que una muerte había sido evitada, y eso lo ponía furioso. No con quién sea que lo haya hecho, sino consigo mismo porque eso significaba que era posible y que él falló en hacerlo con Shinichiro.

Normalmente, cuando pensaba en su fallecimiento, se sentía mejor al decirse a sí mismo que no se puede evitar la muerte de alguien, pero ya ni eso tenía porque al parecer sí era posible. Le frustraba pensar en que pudo haber hecho más por él, y ahora le costaba dormir — una vez más — pensando en todas las formas en que quizás pudo haber evitado aquella tragedia, y se odiaba a sí mismo por eso.

Como se alegraba, sin embargo, de que su hermanita jamás haya tenido que pasar por eso... aunque le preocupara que la razón de esto era que ella se cerraba por completo a la posibilidad de sentir amor.

Todo eso le estaba dando dolor de cabeza; no podía trabajar tranquilo pensando en eso y tampoco podía ayudar a Mika porque lo echaron de su antiguo empleo. No es como que le molestara, siempre lo odió, pero también odiaba la idea de que Mika estuviera trabajando sola ahí. No quería imaginarse el estrés que la pobre tenía a sus casi 15 años.

Decidió ocultar su mal humor en el momento en que alguien entró en el establecimiento. Tampoco podía permitirse dejar que sus sentimientos afecten su trabajo como veterinario; menos con todo el esfuerzo que le llevó llegar hasta donde estaba. Tuvo suerte que con la herencia que les dejó su madre había suficiente para que él pudiera comprar su propio local y no tener que lidiar con un jefe, pero ahora él y su hermana tenían que arreglarse la vida con lo que ganaban entre los dos.

— Buenos días. — saludó a la muchacha alta que recién había entrado en un tono neutral, que era lo más alegre que le salía en el momento. — ¿Qué se le ofrece?

— Gracias al cielo, por fin encuentro una veterinaria que sí está abierta. — la mujer de cabello corto y rizado dio un vistazo al pequeño perro en sus brazos aliviada. — Disculpe la molestia, necesitaba llevarlo a su revisión anual, pero la otra veterinaria cerró de última hora y no he logrado encontrar dónde lo atiendan. Sé que normalmente debo sacar cita primero, pero, ¿se puede? He estado caminando dos horas mientras buscaba una veterinaria abierta; todas abren hasta dentro de unas horas.

— No hay problema si es sólo su revisión anual; la próxima cita que tengo agendada es dentro de dos horas.

— Muchas gracias.

— Pase por aquí. — la guió de la recepción hasta su pequeño consultorio, donde la mujer de lentes dejó al canino sobre la mesa de exploración veterinaria. — Ya que es la primera vez que lo atiendo, necesitaré hacer algunas preguntas durante la consulta para saber un poco más sobre su condición. — habló a la vez que se colocaba sus guantes y comenzaba a revisar los huesos, músculos y patas, incluyendo almohadillas, del animal. — Por ejemplo, ¿cuándo fue la última vez que lo llevó al veterinario?

𝙳𝚎𝚊𝚝𝚑 𝙶𝚕𝚊𝚛𝚎 - 𝚃𝚘𝚔𝚢𝚘 𝚁𝚎𝚟𝚎𝚗𝚐𝚎𝚛𝚜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora