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Las horas pasaron, y los chicos mantenían muy bien vigilado el edificio procurando que su víctima no se les escapara, sin embargo hubo uno que otro momento en que se distraían hablando de otros temas que al parecer eran más interesantes — ¿Quieren un cigarrillo?

— No gracias, yo estoy bien

— A mi dame uno – dijo Leonardo extendiendo la mano

— Oigan cubranme, tengo que ir.., a hacer algo, – Richard rodó los ojos ante la petición de Damián 

– ¿A dónde vas?

– Tu sabes, es tiempo de ir de pesca — dijo Damián incorporándose de la banqueta en donde los tres amigos estaban sentados

— No, oye te he dicho que durante horas de trabajo no hagas eso, ¡Damián!, ¡vuelve aquí en este instante!

— Hola, — saludo amablemente mientras se acercaba hasta una dulce chica que llevaba usando un vestido con estampado de flores — debe ser tu la responsable de que haga tanto calor en la ciudad, ¿o me equivoco?

— Hola — respondió ella sonriendo

— Podría reconocer a cualquier flor de Bosward solo con oír una palabra por su acento, así que me veo en la penosa situación de preguntarte, no eres de por aquí, ¿cierto?

— Am... – la joven arqueo una ceja dudando su debería responder dicha pregunta a un desconocido

— Oh, disculpa creo lo arruine, no importa debe ser algo sumamente genial o emocionante para ti conocer Bosward, bueno me llamo Damián, ¿y tú eres? — interrumpió él de manera que pudiese apresurar la conversación con algo de gracia

— Evelyn — contestó la chica riendo ante la actitud del muchacho que la atrapó en seguida

— Es un placer conocerte, Evelyn — la chica y el se estrecharon las manos con una dulce mirada en los ojos de ambos, pero al instante tuvieron que soltarse cuando la impotente voz de Leonardo, comenzó a sonar llamando a su compañero de crimen — disculpa, tengo que irme

— Sí, entiendo, hasta pronto, — respondió ella con mucha pena bajando la vista hacía la calle — ¡pero oye! — Damián se dio la vuelta — ¿no quieres mi número de teléfono tan siquiera?

- ¡Perdona, no es un buen momento, yo te buscare después, en un directorio!; o tal vez no lo haga, diablos - dijo esto último en un susurro con enfado para si mismo

- Viene a la mitad del camino, acércate primero, yo me encargare de darle un susto, y haremos el resto como siempre, recuerden que esto debe ser como en el jardín de niños, fácil y rápido

- Muy bien.

Mientras que el gerente de aquella empresa iba de camino a su auto, hablando por teléfono con su esposa no tenía ni la más mínima idea de lo que le estaba esperando - Si linda, diles a las niñas que yo también las amo, y ya voy a mitad de camino a casa, es solo que... pasaré a comprarles una pequeña sorpresa antes de llegar con ustedes, - Damián apareció detrás del sujeto y después de arrebatarle el teléfono celular de las manos lo guardo en el bolsillo de sus jeans - hubo un momento de silencio mientras que la victima trataba de asimilar lo que había pasado, intimidado por la estatura y la masa muscular del joven frente a el

- ¿Acaso le mientes a tus hijas?

- ¿Quién eres tú? - grito el hombre asustado, por lo cual Leonardo se acerco de prisa y sujetó con fuerza a su enemigo del cuello

- Ácaros de Calvin, será mejor que vacíes tus bolsillos antes de que las cosas terminen muy mal aquí

Cuatro LadronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora