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— Sí, tal vez, sería una mejor idea, vamos ayúdame.

Al llegar a la azotea ambos chicos se tomaron un descanso para beber agua y relajarse, — Muy bien, ahora es momento de que me expliquen todo esto — dijo Richard seriamente a los dos jovenes amigos refiriéndose a la joven víctima que tenían en frente

— Ella puede hundirnos o liberarnos de esta vida — al oír esto Leonardo se cubrió la cara con ambas manos

—¡Cielos Dam!

— Déjame explicarte como

—¿Acaso no lo entiendes? ¡ya no hay una salida!, ¡simplemente estamos atrapados!

— ¡No mi amigo!, ¡eso es lo que ellos quieren hacernos creer!, ¡que no hay un escape!, ¡y que estamos encadenados a vivir de esto para siempre!

— ¿Te digo algo?, se termino — Richard se incorporó del suelo, tomó el arma y camino hasta donde estaba Gemma; se colocó frente a ella y cuando estuvo apunto de disparar Damián se interpuso entre la chica y el arma

— ¡Alto!, ¡te ofrezco mi vida a cambio de la de ella!

— ¡Muévete idiota!, ¿y tú de qué me sirves muerto?

— ¡Exacto!, nos encontrarían más rápido si cometes un homicidio, ¿y si la dejamos libre?, también estarías entregándote, le debes treinta y cinco años a la prisión, ¿estas listo para pagarlos? — ambos criminales guardaron silencio durante un rato, pensando en otra salida para su nuevo problema — ella va a ayudarnos, confíen en mi, solo una vez

— Damián, déjate de bromas por favor, esta no es ninguna empresa que contrata miserables

— Será nuestra cómplice, nadie más va a saberlo— Leonardo apunto el arma directo a la cabeza de su compañero, quien cerro muy fuerte los ojos y sostuvo la mano de la chica para calmar su miedo; hasta que de pronto sonó el disparo, y la bala golpeó en el piso

— Dale dos semanas Richard, en tanto descubrimos como deshacernos de ella — al ver como Leonardo se iba tan triunfante Gemma se sacó el pañuelo de la boca, y aún con las lágrimas en los ojos se atrevió a hablar

— ¿Qué es lo que sucede contigo?, no ganaras nada siendo un verdadero idiota con todo el mundo a tu alrededor, ¡eres una basura y si tengo que estar cerca de ti un minuto más entonces prefiero estar muerta!, ¡ven acá y dispara maldito cobarde! - Richard calmó a la joven dándole una fuerte cachetada que le hizo detener sus palabras de golpe, Leonardo seguía de espaldas cuando decidió responder

— Oh vaya.., — dijo el muchacho deteniendo sus pasos frente a la puerta tratando de recordar ese sonido — y para colmo estamos escuchando a Gemma Proscot mi amigo, debiste haber secuestrado a una chica mejor —mencionó él haciendo evidente su risa sínica que había adquirido con el paso de los años y sus malas experiencias.


Cuatro LadronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora