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- Mucho gusto, señora Pineda

- Bueno cariño, tu elige el anillo de compromiso en tanto yo reviso las cosas aquí atrás

- De acuerdo - respondió ella mirando las estanterías donde estaban las joyas.

Fue solo cuestión de unos minutos para que Damián le avisara de manera discreta a su cómplice que ya había desactivado todas las cámaras de seguridad, por lo cual ella sacó su arma con prisa y le pidió al hombre del mostrador que pusiera todas las joyas de mayor valor dentro de su bolso - Y si te preguntan quienes estuvieron aquí, más vale que no te molestes en dar tantos detalles, o tu familia puede terminar en medio de un charco de sangre, ¿entendido? - mencionó Gemma antes de sujetar el bolso con ambas manos y correr con prisa lejos del local.

- ¿Que fue eso último? - preguntó Damián una vez estando lejos de aquella zona, en cuanto se encontró a la chica sentada cerca de una fuente revisando el contenido de su bolso

- ¿Qué?, nada, solo una pequeña amenaza, creeme, estaba más asustada yo que él

- Pues me ha gustado, de seguro aún la esta terminando de digerir - ambos rieron

- ¿Todavía recuerdas cuál era la dirección de la siguiente joyería?

- Por supuesto, hay que darnos prisa, te ayudo a llevar las cosas, vamos

- No, no te preocupes, lo llevare yo, ¿o acaso ya estas empezando a desconfiar de las rubias? -preguntó ella esbozando una sonrisa, a segundos creo que Gemma esta tratando de coquetear conmigo, no la culpo, soy irresistible, pero definitivamente no es mi estilo, me gusta tirar el anzuelo, no que me lo avienten a mi

- Trece turistas.., tienes que estar bromeando - dijo Damián acomodándose sus gafas oscuras en el rostro, tratando de cambiar el tema de la conversación

- Oye, si dejas de quejarte y empiezas de una vez, terminaremos más rápido

- ¿Y luego qué?, ¿me llevarás a almorzar?

- ¿No tienes un amigo que lo haga por mi?

- Pff, ¿te refieres a Leonardo?, - ella trato de ocultar su risa mientras que introducía una de sus manos en el bolsillo trasero de los jeans de un hombre para sacar sus llaves y cartera - déjame ver su identificación. - pidió él amablemente - Uy... viene de España, será mejor que le devuelvas eso antes de que lluevan los insultos por aquí

- ¿Insultos?, ¿jamás fuiste a México cierto?

- He escuchado que cocinan muy bien. - dijo el sonriendo - ¿Oye y que opinas de esa mujer de allá?

- ¿Ella?, - preguntó Gemma viendo a una señora robusta de cabello gris y un atuendo morado con azul marino - ¿qué tiene?

- No sé, yo creo que su folleto de vacaciones incluía una experiencia de robo a engaño simple, - respondió riendo - vamos.

Los dos caminaron en medio del gentío hasta llegar frente a uno de los autobuses de turistas del cual se supone que había bajado esa mujer - Tu solo sígueme la corriente. - pidió Damián en un susurro - Hola eh... disculpe, nosotros dos venimos de una Universidad en... Ecuador, y pues, nos separamos de nuestro grupo de demás compañeros, usted entenderá, ¿cree traer un mapa para poder ayudarnos?

Cuatro LadronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora