Pág. 42 Cap 7

7 0 0
                                    

Capítulo 7: Sorpresa sorpresa

 — Leonardo, ¿esto es en serio? — preguntó Damián a la mañana siguiente en un susurró cuando vio ambas manos de Gemma atadas como el primer día

— Oye, solo es por precau..

 —  Sé lo que pasó ayer, y no deberías desconfiar de ella mi amigo, desatala ya — Leonardo se acercó y esta vez hizo caso a las ordenes de su compañero, provocando así por accidente que Gemma se despertara 

— Buenos días —  le saludó ella de manera muy amigable

— Hola nena — dijo él, tratando de ocultar la cuerda en sus propias manos, lo cual fue algo inútil

— ¡No puedo creer que lo hiciste! — gruño ella mirándolo con enfado

— No es lo que parece, te lo puedo explicar — Damián contemplo la escena y a proposito estalló en risas

— No hay tiempo equipo, hoy los ácaros debemos ir a ver nuestro regalo de año nuevo

— ¿Regalo de año nuevo?, ¿a qué te refieres?

— Ya lo verás preciosa, tu solo vístete y síguenos

— Pero dime qué es, Rich, quiero saber.. — respondió Gemma haciendo un puchero

— Ok, finjamos que me convenciste así que te daré una pista, tiene cuatro ruedas

— Mmm... no lo sé, ¿una nueva cuatrimoto para cada uno?

— Tsss, estuviste cerca Leonarda, pero no somos tan pobres 

— Aún... — susurro su compañero de crímenes riendo desde el otro lado de la azotea, comentario cual no pareció agradarle mucho a su amada.

Los cuatro ácaros fueron por la ciudad tan emocionados de lo que estaban esperando ese día, principalmente los chicos que ya sabían de lo que se trataba — ¡Henry...!,   — exclamó Damián entrando a una casa, que para Gemma era desconocida en varios aspectos — ¿dónde esta mi bebé?

— ¿Damián?, — pregunto un hombre blanco, de cuerpo robusto y con gafas asomando su cara por una de las puertas del lugar —muchachos, justo a ustedes los estaba esperando ayer

  — Oye, eso si que es raro, porque nosotros habíamos quedado de venir hoy

  — Disculpen, la maquina ya esta lista, y se la pueden llevar hoy mismo si gustan — añadió el hombre con alegría remarcada en su rostro, mientras que Leonardo estaba más precupado, pensando en como remediar el error que había tenido con Gemma 

— Perdón por lo de esta mañana — dijo él luego de cortar una de las flores del jardín de Henry, entregándosela a ella en sus manos

  — ¿Por qué no confías en mi? — preguntó la chica mirándolo a la cara con tristeza

  — Entiéndelo no eres tu, solo es... agh, mi estúpida forma de pensar y ver a la gente, no es nada en contra de ti, te lo aseguro

  — ¡Wohooo!, ¡no puede ser!, ¡ya es todo nuestro amigos! — gritó Damián desde el interior de la casa agitando unas llaves provocando mucho ruido

  — Disculpa aceptada — asintió Gemma cerrando ambos ojos — ahora dime por favor que es ese ruido

  — Mi mejor amigo, emocionado por un regalo que nos otorgó nuestro jefe — respondió Leonardo con una sonrisa de felicidad y emoción ante ciertas razones

  — Super, ya estaba impaciente por saber de que se trata – dijo Gemma incorporándose de su lugar

 



Cuatro LadronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora