Capítulo 3: Un fuego de muerte.
Esa noche fuimos juntos hasta una maquina dispensadora, sacamos cuatro latas de refresco y brindamos porque Gemma se convirtiera en una de las mejores ladronas de quien alguna vez se haya sabido, claramente yo no lo decía porque no esperaba que eso se convirtiera en una realidad, prefería mil veces estar muerto antes de que eso sucediera, sin embargo ninguno de mis compañeros contaba con que yo tenía un plan — Gracias chicos, pero a decir verdad cuando propusieron ir a beber algo, yo tenía en mente "algo" con un poco más de alcohol – dijo Gemma mirando su refresco en mano
— Oye, lo que hiciste estuvo bien, pero no lo suficiente como para pagar una de esas bebidas, te recuerdo que nosotros no trabajamos para el gobierno, así que por lo tanto, ¡salud! — respondió Richard levantando su lata de refresco con una mano
– Correcto, ni siquiera hiciste el trabajo tu sola ¿y todavía te crees con la libertad de ponerte exigente?
– Vaya... buen argumento crack, ojalá alguien te lo hubiese pedido
– ¿Y siempre peleaban así mientras andaban de novios? – pregunté sin darme cuenta de que mi comentario solo podía provocar más tensión en el ambiente, para mi fortuna no fue así.
A la mañana siguiente desperté en la azotea del abandonado edificio, vi a Leonardo a mi lado y me incorporé buscando a Gemma; ella seguía allí durmiendo, pero hubo un pequeño detalle que me pareció una gran sorpresa — Esto no puede ser — dije riendo
— Vaya, esta es la primera vez que te despiertas antes que yo — comentó Leonardo desde el suelo mirando a su camarada
— ¿La ataste? — preguntó Damián en un susurro
— Que nos haya ayudado ayer en un robo no significa que podamos confiar en ella
— ¿Qué dice nuestro dietario? – pregunté a Richard para no seguir con la discusión sobre la situación con Gemma
— Pastelería, si no me equivoco
— Bien.. entonces ayúdame a desatarla antes de que se de cuenta — en cuanto liberaron a la chica ambos se quedaron contemplándola de pie durante algunos segundos
— Algo esta mal aquí — dije colocando una mano sobre mi barbilla
— ¿Qué?, ¿el hecho de que aún no se haya despertado? – cuestionó Richard acercándose un poco para confirmar que no estábamos lidiando con un cadáver
— No, hablo en serio, no podemos llevarla vestida así a todas partes, parece una vagabunda sin hogar
— Dam, ¡ahora es!, una vagabunda sin hogar — remarcó mi compañero otorgándome una específica mirada de burla
— Tenemos que arreglarla un poco, se darán cuenta de que la raptamos, además viste con tus camisetas ridículas, quizás puedan ayudarnos un cambio de look en la estética de Robert
— ¿Y luego qué?, ¿la inscribimos en un concurso de belleza?, dejame decirte de una vez que ella no estará más allá en nuestros planes futuros
—Es solo por el momento, así evitaremos más problemas, ¿quieres dejar de ser tan pesimista un segundo?, señor cerebro de vejete
— Buenos días — interrumpió Gemma la discusión
— Hola, ¿qué tal dormiste?
— Como si estuviera atada, — dijo ella mirando a Leonardo, quien solo se dio la vuelta y se alejo de nosotros dos — ¿escuche algo acerca de un cambio de look?
— Y el robó a una pastelería, así que prepárate, saldremos en aproximadamente 9 minutos.
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Cuatro Ladrones
AventuraUna tarde tres ladrones en la ciudad de Bosward secuestran a una chica. Los maleantes no quieren liberar a la femina porque fácilmente podría delatarlos con la policía, así que deciden convertirla en su cómplice.