Al llegar a casa Damián se fue a la que el consideraba su habitación, Gemma se quedó en las escaleras manteniendo la mirada triste perdida en un cuadro de la pared, y Leonardo se sentía totalmente frustrado por la actitud de ellos dos; fue primero hacía donde estaba su amigo, habló con él acerca de los robos ese día, le pidió disculpas por el alboroto que se había armado en el auto y en el edificio de "Kardes" — Oye no tienes que disculparte, Gemma será muy tu chica, pero fue culpa mía el haberlos metido en esto
— Okay, y... ya que dices que es tu culpa, ¿me ayudarías a revivirla un poco?, creo que sigue asustada por el hecho de que casi muere hoy — Damián lo miro con seriedad. Minutos después fue buscando a Gemma y al darse cuenta de que no estaba en las escaleras ni en la azotea del edificio la estuvieron buscando en las habitaciones — Vaya, encontré a nuestra bella saltamontes, o mejor dicho, nuestra salta edificios — habló Damián riendo
— No es gracioso – ella se encontraba con Richard, ambos tenían una cara de seriedad en cuanto estos dos chicos entraron a la habitación, pues ella le había contado toda la situación por la que tuvieron que pasar en el robo de esa tarde y el miedo que sintió al enfrentarse con la policía
— ¿Cómo sigue esa barbilla? — Leonardo le tendió una bolsa con hielo
— Gracias, va bien.
— Te ves sexy con ese color morado, y verde a pesar de todo
— Yo siempre he sido sexy — intervino Damián en la conversación, pero al darse cuenta de que a nadie parecía hacerle gracia su comentario prefirió retractarse al instante – ¿No?, bueno, entiendo – ambos colegas suyos rieron, el volteo a ver a Gemma — y tu quieres llorar, yo sé que sí, ven, dame un abrazo
— No.
— Yo sé que si quieres, ven, no mientras — Damián se sentó a su lado extendiendo ambos brazos hacía ella, hasta que decidió acercarse y romper en llanto
— De acuerdo, los dejare a solas para que se desahoguen tranquilamente — Leonardo y Richard se levantaron de la cama y se fueron cerrando lentamente la puerta tras ellos dos.
Esa noche Leonardo y Gemma se quedaron en la misma habitación durmiendo abrazados, Richard por su parte permaneció en las escaleras, imaginando un sin fin de cosas que podrían pasar en cuanto ellos tres se retiraran de su trato con Calvin, mientras que Damián se estableció en la azotea, contemplando la ciudad nuevamente, pensando que habría más allá cruzando todos esos edificios iluminados que los rodeaban, podría encontrar una nueva oportunidad esperándole, ¡esperándolos!, podría haber una mujer con los brazos abiertos dispuesta a enamorarse de sus errores y su pasado; todo en tan solo momento mientras miraba hacía arriba, diciéndose a sí mismo que era posible.
A la mañana siguiente Damián sintió unas manos empujando un poco su torso y repitiendo su nombre, abrí los ojos y estaba Gemma con el cabello un poco revuelto y la mirada de confusión en el rostro, — ¿Dónde está Leonardo? — pregunto sin hacer un alboroto
— No lo sé, acabo de despertarme, — respondió su receptor paseando la vista al rededor de la azotea — ¿a dónde habrá ido? — se preguntaba con demasiada curiosidad.
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Cuatro Ladrones
AdventureUna tarde tres ladrones en la ciudad de Bosward secuestran a una chica. Los maleantes no quieren liberar a la femina porque fácilmente podría delatarlos con la policía, así que deciden convertirla en su cómplice.