- ¿Sucede algo?, - preguntó Gemma asomándose a la cocina - ¡oh no!, Dam, ¿pero que has hecho?
- Hay que irnos, ahora - respondió el joven tirando el palo sobre el cuerpo de la víctima, sin ser consciente del fuego que había provocado.
— Otro trabajo bien hecho — clamó Leonardo sentado en una de las sillas del lugar tomando una malteada mientras que tenía extendidos aún sobre la mesa todos los billetes que Gemma había obtenido de la caja registradora
— Eres un fanfarrón — dijo Damián riendo mientras planeaba sorber un poco de la malteada que están viendo frente a él
— ¿Nos vamos o que? – preguntó Gemma preocupada
– Aguarda, ¿dónde está Richard?
– Se metió en una pelea con un camionero porque resulta que se conocían de la cárcel, pero ya no veo a la multitud rodeandolos así que probablemente ya se separaron, vamos por él
— Mientras más rápido mejor — los tres salieron con prisa del lugar, tomaron sus vehículos y estaban a punto de irse, cuando escucharon a varias personas dentro del local gritando — "¡Fuego..!"
— Ay no, debemos de ayudarlos, — anuncio Gemma tomada del brazo de Damián con fuerza – ¡Dam!
—Es demasiado tarde, ya cometimos un delito y debemos escapar
– Hay personas con una familia ahí dentro, voy a ir, tengo que volver – dijo Gemma con lágrimas en los ojos mientras aún se escuchaban los gritos, al otro lado de la calle Richard los miraba enfurecido tocando el claxon de su moto para que se apresuraran a irse, pero al ver que la policía se acercaba rápidamente al lugar y los chicos seguían sin moverse eligió dar la vuelta e irse sin ellos
– No... debemos seguir a Richard. – dijo Leonardo tomando la mano de Gemma antes de pedirle que subiera a la moto – La policía está en camino, ellos van a ayudarlos – fueron las palabras que utilizó para calmarla, así que dejando su insistencia de lado la joven subió rápidamente al vehículo aceptando escapar con ellos.
A mitad del camino los tres iban contando sus "terribles" anécdotas de lo que pasaron durante el robó — ¡Te lo juro Leonardo, ese hombre tenía un bar dentro de la pastelería!
— Y te creería, de no ser porque eres un embustero de primera
— Pff, como sea. Oigan chicos esperen —dijo Damián bajando de su moto en una esquina
— ¿Qué ocurre? — preguntó Gemma
— ¿Cuál es la prisa por llegar a casa?
— No tenemos prisa, dinos rápido qué es lo que quieres
— Ustedes dos, — dijo señalándolos — siganme. — tomó la moto y estacionó algunos metros hasta llegar frente a un local con dos grandes puertas de madera enfrente. Se acerco a saludar al portero con un choque de manos y después abrió las puertas para que sus dos colegas de trabajo entraran, — Bienvenidos, de vuelta, a la vida.
— ¿Bromeas?, yo ya conocía este lugar. Antes veníamos todos los fines de semana – dijo Leonardo sonriendo ante los recuerdos que cruzaban su memoria
— Pero Gemma no, así que bienvenida seas, nuestra débil y pequeña saltamontes — replicó Damián despeinando su cabeza con la palma de su mano
— Pues.. muchas gracias entonces, hay.. demasiada gente interesante aquí que ni siquiera sé por donde empezar — contestó ella haciendo muy obvio su sarcasmo con la mirada – están los narcotraficantes, los marihuanos por lo visto, las zorras y ¿por qué no? algunos profesores de escuelas
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Cuatro Ladrones
AdventureUna tarde tres ladrones en la ciudad de Bosward secuestran a una chica. Los maleantes no quieren liberar a la femina porque fácilmente podría delatarlos con la policía, así que deciden convertirla en su cómplice.