— Leonardo y yo no eramos ladrones por voluntad propia, creo que eso ya lo sabías; — Gemma asintió mientras que él daba un largo suspiro para tranquilizar sus emociones — mi hermano hace unos años se involucró con uno de los más grandes maleantes del país, Calvin Macconi, el cometió un error, y como no pudo solucionarlo Macconi me buscó a mi, esa noche Leonardo y yo íbamos volviendo a casa de un concierto, el se enteró de todo el asunto, y se involucró para ayudarme a pagar la deuda, — explicó —amenazaron con lastimar a nuestra familia y a nosotros si cometíamos otro error, por lo cual tuvimos que alejarnos, y para que no nos ficharan de vagabundos Calvin nos ofreció este edificio rápidamente, solo porque se dio cuenta de que eramos bastante hábiles en los robos, de lo contrario, no estaría contándote todo esto ahora, — Gemma lo miró con lástima, una mirada que le llenó de lágrimas los ojos a Damián y le hizo sentir un grueso nudo en la garganta — Bueno, llegó un día en que me di cuenta que Leonardo ya no era el mismo, estaba disfrutando de la vida como delincuente, mientras que yo quería todo lo contrario, así que hice un plan para traerte con nosotros y que mi amigo volviera a ser el mismo de antes, para escaparnos juntos de todo este lío, yo sé que suena algo egoísta, pero en el camino ustedes dos volvieron a enamorarse y eso significaba todo, porque yo sé amar es sentirse vivo
— Dam, quiero saber dónde esta Leonardo, ahora mismo — sus palabras llenaron al joven de tristeza
— Calvin nos descubrió, estaba totalmente prohibido en las reglas secuestrar a la gente, ya que ese no era trabajo nuestro, ni secuestrar ni asesinar, así que cuando el supo que estabas en el edificio mandó a matarnos, tu y yo salimos junto con Richard por la puerta trasera, pero Leonardo, Leo... — pronunció llorando mientras que recordaba el rostro de su mejor amigo la última vez que lo vio a la cara ese día, Gemma se cubrió la boca con ambas manos y en seguida las retiro, ella lloró mientras lo abrazaba, sosteniendo entre sus manos la camisa de Damián con fuerza
— ¡No puede ser!, ¡Damián!, dime que nada de eso es cierto
— Gem, lo siento, fue mi culpa— habló con un gran dolor presionando el interior de mi pecho, sintiendo toda la responsabilidad de sus palabras
— ¡Llévame a donde esta!, ¿cómo sabes que no esta vivo?, — cuestionó en voz alta — ¡tengo que verlo una última vez! — él la tomó de los hombros mientras la miraba fijamente a sus ojos antes de darle una respuesta
— Le prendieron fuego y lo arrojaron desde el último piso, su sangre esta en la calle, no quiero que lo veas así, no vas a soportarlo, de la misma manera en que yo no pude hacerlo, — mencionó entre lágrimas — por favor, no insistas; — sacó el pedazo de tela chamuscado que había obtenido de la camiseta de su compañero y le dio la mitad a ella — es todo lo que tengo de él — susurró hundido en mi tristeza.
ESTÁS LEYENDO
Cuatro Ladrones
AdventureUna tarde tres ladrones en la ciudad de Bosward secuestran a una chica. Los maleantes no quieren liberar a la femina porque fácilmente podría delatarlos con la policía, así que deciden convertirla en su cómplice.