Cuatro Ladrones

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— Pues un aumento en el salario no vendría nada mal, — dijo Damián entregando un papel con su número de télefono apuntado, el cual había conseguido la tarde anterior después del robo que hicieron — si es que pueden decirle eso al jefe

— Muy gracioso, les da este edificio, les brinda agua y luz, todos sabemos que pedirle un salario sería juzgar su posición económica, como una carta de renuncia, y eso sería..

— Tiene razón, — respondió Leonardo levantando ambas manos en señal de paz — ahora váyanse de aquí chicos, que nosotros todavía debemos de prepararnos para el duro trabajo de hoy — luego de ver a ambos bravucones retirarse Damián dio algunos pasos hacía donde estaba Leonardo

— Oye hermano con respecto a la discusión de anoche..

—¿Qué?, ya olvídalo Damián, yo estaba intoxicado y tú siempre eres así de intenso sensible, sabes que nada podría terminar con esta amistad que venimos salvando desde hace años

  — No es eso lo que me preocupa, dijiste algo que si lo dices ebrio es porque lo pensaste estando sobrio, y yo no quiero que cambies amigo – Leonardo dio un suspiro antes de responderle

 — Oye, las persona van cambiando aleatoriamente por las experiencias que se van topando en la vida, no puedes evitar que en algún momento eso nos pase a ambos, te conozco, y me conoces, me estoy acostumbrando a todo esto, pero tal vez en un futuro si las cosas no salen bien quiera algo nuevo, hasta entonces, ¿puedes apoyarme? — su compañero lo miró durante unos segundo, claramente tenía una respuesta negativa hacía eso, pero prefirio evadir el tema

— ¿Recuerdas aquella vez cuando nos emborrachamos y terminamos en el hospital por una pelea que tuvimos entre nosotros mismos? — cuestionó Damian bajando la mirada con la risa haciéndose obvia – me empujaste contra una ventana y ambos nos lastimamos con el cristal

— ¡Sí!, exacto, ¿lo ves?, quizás no tendremos familia, una pareja, ni mascotas, pero nos tenemos el uno al otro Damián, y toda esta relación que es para siempre amigo

— De acuerdo — Leonardo extendió ambos brazos y arqueo una ceja para que su cómplice se acercara a abrazarlo, fue un abrazo que termino en algunos ligeros golpes, algo que ya eran comprendidos aquella rara y muy honesta amistad

– Que tiernos... – dijo Richard mirándolos sentado al otro extremo de la azotea – son la pareja más marica del año

– ¿Celoso?

– No tienen tanta suerte – agregó sonriendo, – vámonos.

De acuerdo con los planes de Macconi el trabajo de robos que era respectivo de los ácaros siguió con su transcurso normal durante las siguientes semanas, pero cada minuto que pasaba Damián estaba decidiendose aún más por huir de la ciudad, y llevarse con él a su mejor amigo para ganar una mejor vida ya fuese juntos o por separado. Estaba harto de vivir en ese miserable edificio sin muebles, escapando de la policía, arriesgandose la vida negociando con otros criminales, no era eso lo que alguna vez en la infancia había esperado de si mismo, cualquiera a su al rededor estaría muy decepcionado, así que se prometí que en cuanto tuviera la oportunidad de cambiar las cosas la tomaría.