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— Acaso, ¿no te gusta la comida de aquí?

— Oigan, si todo esto, no se trata de nada más que una broma suya, ¿les importaría tanto si ya me voy?

— Ge, — dijo Damián en un susurro mirándola fijamente a los ojos — no estamos bromeando, y ahora mismo te enseñare uno de mis mejores trucos. — levanto la mano y llamo a una de las meseras — Amm... hola, disculpa, ¿podrías traernos un poco más de cátsup?

— Por supuesto, — respondió la mesera con una amable sonrisa en el rostro —en cuanto estén listas sus hamburguesas se la traigo — ella se retiro y Damián deslizo 12 dolares sobre la mesa

— Eso es todo lo que había en su bolsillo

— No..., puedo creer que lo hiciste — dijo ella cubriéndose la boca con sorpresa

— Pues créelo, ya que aprenderás a hacer lo mismo — respondió Damián riendo

— Oye eso fue tan... devuelveselos, ella ha pasado todo el día aquí para ganárselos, no es justo

— Colega, ¿podemos hablar un minuto a solas? — preguntó Leonardo incorporándose de su asiento

— Esta bien, — ambos caminaron a una distancia de por lo menos 7 u 8 pasos lejos de Gemma antes de empezar una conversación en susurro

— ¿Qué se supone que haces?, ¿trataste de impresionarla?

— No, no lo hice, ¿pero es un tono de celos lo que me indica esa voz? — Leonardo rodó los ojos

— No, y no es gracioso, ¿cómo sacaste el dinero de su delantal sin que yo me diera cuenta?

— Eso es porque no lo saqué de su delantal tarado, estaban en mi chaqueta, solo pienso que si nos llevamos bien con la señorita Proscot, ella puede ayudarnos a salir de esta sin entregarnos a la policía

— Es una chica, Damián, no voy a confiar en ella nunca, probablemente tu no lo sepas pero las mujeres solo se alimentan del chisme, esa es su vida, ¿por qué crees que hace tantas preguntas?

— Claro que no es así

— Bien, solo no intentes pasarte de listo porque te recuerdo que es mi ex novia, no la tuya ni la de Richard, así que más cuidado — Damián estallo en una carcajada ruidosa

— Seguro, — ambos caminaron de regreso hasta la mesa

— ¿Qué paso?, ¿todavía no traen la kétchup? — pregunto Leonardo tomando asiento, a lo que Gemma ignoró su pregunta

— Damián, iba a decirte que eso que hiciste estuvo mal, fue demasiado cruel de tu parte

— Oh si, no te preocupes, de cualquier forma íbamos a dejarle esos 12 dolares de propina — dijo guiñando un ojo

— ¡Dam!, ¿recuerdas lo que hablamos hace un minuto mi amigo? — Gemma arqueó una ceja

— No te preocupes, no estoy sobre pasando los límites; por cierto, ¿sabías que el principal contenido del kétchup es el tomate? — agregó el joven tratando de burlarse de la inteligencia de su compañero

- De verdad, convivir con ustedes me hace extrañar tanto la cárcel - dijo Richard haciendo un barco de papel con su servilleta.

Cuatro LadronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora