Bienvenido a "Asmodeus" (Griffin)

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Julio, 2022

Al entrar al edificio, la atmósfera cambió. Ya no se respiraba la misma tranquilidad que en las calles, ahora se sentía una dinámica desesperada y veloz, apresurada y fugaz. Las personas gritaban unas a otras para llamar su atención. Los teléfonos no dejaban de sonar. Pasantes corriendo de un lado a otro con cajas y objetos variados en las manos, desde papeles enrollados hasta utilería más pesada.

—¿En qué puedo ayudarlo? —Un hombre delgado y de aspecto impecable me miraba detrás de un mostrador. Tenía unos lentes que hacían que sus ojos se vieran enormes. Se acomodó el pelo lleno de gel con un gesto gracioso a la espera de mi respuesta.

—Vine a ver a Tessa...

—Perfecto. La señorita Tessa lo espera en su oficina... —El hombre me dio las instrucciones de cómo llegar sin siquiera haberme preguntado mi nombre.

Seguí las indicaciones y, al salir del ascensor, me encontré en un nuevo piso, el cual, a diferencia del otro, era tranquilo y sin personas gritonas, ni pasantes mensajeros. Frente a mí había un largo pasillo que llevaba a unas elegantes puertas dobles de madera negra que contrastaban con las pálidas e inmaculadas paredes. Comencé a caminar mientras admiraba el lugar. Del techo colgaban luces que enfocaban las paredes, donde se veían fotos de portadas de las ediciones pasadas de "Asmodeus" retratando hombres con poca ropa y en posiciones comprometedoras. Llegué a las puertas y toqué.

—¡Adelante!

Entré y me encontré con una mujer parada frente a un escritorio de cristal lleno de papeles y documentos. La mujer se acariciaba las sienes con los ojos cerrados y los lentes mal colocados en la punta de su nariz parecían a punto de caerse. Abrió los ojos que eran negros al igual que su pelo y el saco que llevaba puesto, y sonrió. Detrás de ella había una foto gigante de un hombre rubio acostado de lado y sonriéndole a la cámara. Éste solo llevaba unos bóxers blancos. Se veía un nombre escrito en letras pequeñas en la parte inferior del póster.

—¿Estás seguro que eres el fotógrafo y no el modelo? —Se rió de su propio chiste—. Tú debes ser Griffin. Acércate.

—Sí... —Di unos pasos inseguros hacia la mujer.

—¿Sabes lo que estás haciendo aquí? —Tessa salió de atrás del escritorio. Llevaba unos pantalones negros a juego con su saco. Se sentó sobre el escritorio.

—Eh...

—Mis compañeros de Asmodeus Madrid me hablaron muy bien de ti —interrumpió antes de que yo pudiera hablar—. En solo seis meses como pasante lograste cautivarlos con tu trabajo y ahora te ofrezco un puesto permanente aquí, en Nueva Siena.

—¿Puesto permanente? Yo no apliqué para...

Se acarició las sienes de nuevo y juro que escuché un resoplido.

—¡Griffin! —gritó y se levantó del escritorio. Comenzó a caminar por la oficina. Su traje negro resaltaba contra las puedes blancas—. ¿Sabes lo que es eso? —Señaló la foto del hombre rubio semidesnudo que se encontraba a sus espaldas—. Él es Tristan. El primer modelo que contraté en mi primer día frente a la dirección de esta revista. Lo vi justo en la calle de enfrente mientras llegaba en mi primer día y le dije que me siguiera, él lo hizo sin saber quién era yo, lo subí a esta oficina y le ofrecí un trabajo. Fue lo suficientemente inteligente para aceptar y en solo cuatro meses se ha vuelto uno de los modelos más cotizados de la ciudad, y como sabrás, Asmodeus Nueva Siena ha crecido enormemente desde que lo dirijo yo, y eso se debe a dos cosas, ¿sabes cuáles son?

ENTRE HOMBRES Y DIOSES (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora