Mejores amigos (Tyson)

206 8 0
                                    

—Cristina, cálmate. Tenle paciencia —rogué con el celular pegado al oído.

—¿Paciencia? Llevo un mes teniéndole paciencia. —La voz de la novia de mi mejor amigo sonaba harta—. ¿Sabes lo que me dijo la semana pasada?

No respondí.

—¿Lo sabes o no?

—No... —murmuré.

—Me dijo, y cito "Búscate a otro imbécil que quiera cogerse a una puta como tú" —exclamó con seriedad.

—Bueno, para ser justos, tú tampoco fuiste muy amable. Podía escuchar sus gritos desde la cocina.

—Jódete, Tyson. Tu amigo es un idiota y no pienso volver a hablarle.

—Cristina, por favor. Tyler te necesita. Está pasando por un muy mal momento.

—¡Todo el mundo está pasando por un mal momento, Tyson! ¡Así es la puta vida! —gritó y me alejé del celular con una mueca de disgusto.

—Cristina, desde la fiesta...

—No sé qué pasó en esa fiesta y no me interesa. Tyler es tu problema ahora, así que no me vuelvas a llamar. —Un sonido monótono hizo acto de aparición. Había terminado la llamada.

Cristina tenía razón en una cosa, Tyler se había comportado como un idiota las últimas semanas.

—No quiere volver a verme, ¿cierto? —Tyler estaba parado en la puerta de mi habitación.

—Tyler...

—No. —Levantó una mano para detenerme—. ¿Por qué estaría con alguien como yo? Le fui infiel con un hombre. Debo darle asco.

—Cristina no lo sabe, ni siquiera sabe que la engañaste.

—Tal vez no, pero sabe que hay algo conmigo. Siempre se ponía tensa cuando veía mis fotos posando con otros hombres en la revista.

—Pues eso ya no importa. Eres un hombre soltero ahora.

Me miró con cierta sorpresa.

—¿Ahora somos tan cercanos que mis novias me terminan a través de ti?

—Eso parece —respondí sonriendo. Sorprendentemente, Tyler me sonrió de vuelta—. Pero tiene razón. Estás siendo un imbécil, no solo con ella.

Las expresiones de mi amigo se endurecieron, su mandíbula se marcó mas de lo normal.

—¿Con quién más? No veo a nadie más que a ustedes dos. Llevamos semanas sin recibir noticias de la revista y Tristan ya nunca viene. Está ocupado jugando a la "casita" con Griffin.

—¿Estás celoso? —Pensé en una segunda posibilidad—. ¡¿Te gusta Tristan?!

—¡No! —Tyler me miró con un desprecio exagerado—. Y no estoy listo para estar hablando de lo que me gusta.

—Bueno, tampoco es como que lo tengas muy claro. Con eso de que ni siquiera has tenido sexo...

—¿Quién dijo? —Al parecer, Tyler cayó en mi trampa, porque se embarcó en una historia sobre un trío en el baño de APOLO'S durante una fiesta de Halloween.

—¿Y no conocías a los hombres? —pregunté curioso.

Hubo una pausa. Tyler cerró los ojos, suspiró y dijo:

—Eran Griffin y su ex.

Me quedé mudo por unos segundos que pudieron haber sido minutos.

—¿El fotógrafo? —asintió—. ¿Te reconoció?

—No lo sé, pero elijo creer que no.

—¿Y te gustó? —Esperaba que mi pregunta no fuera demasiado personal.

Tyler pareció pensárselo un segundo.

—Tyson —dijo, y creí que me pediría nunca volver a preguntar algo así—. ¿A ti te gustaría vivir lo que te acabo de contar?

Pensé en la forma en la que describió la pasión del ex de Griffin y la excitante manera en que se conocieron. Sentí un frío recorrer mi cuerpo y mi miembro reaccionó ante la sensación.

—Me encantaría, sí.

—Entonces, allá tienes tu respuesta. Solo soy un bisexual caliente. —Tyler rió, una risa de verdad por primera vez en semanas.

—Me alegra ver que estás mejorando —dije, y su mirada pareció ensombrecerse—. No, no. Olvida que dije eso.

—Está bien. Estoy mal, pero cada día voy aceptándolo un poco más. Me has ayudado mucho. —Vi sus ojos humedecerse ligeramente.

—Ven.

Se acercó a mí y me paré para abrazarlo.

—¿Qué...? —Tyler se puso rígido al sentir mi contacto.

—Gracias por no rendirte —dije antes de que se me quebrara la voz.

Sentí su cuerpo relajarse y me envolvió con sus brazos. Nos abrazamos apenas unos segundos, pero los dos entendimos todo lo que el otro quería decir. Apoyo incondicional desde que éramos pequeños hasta ahora.

—¿Es una erección lo que estoy sintiendo contra mi pierna? —La voz de Tyler sonaba tan burlona como siempre.

Me quité y reí mientras me secaba las lágrimas con mis mangas.

—Tu historia me puso un poco caliente, perdón.

Se me quedó mirando, pero no tardó en estallar en carcajadas. Sus ojos brillaban por las lágrimas, y su piel estaba enrojecida. Yo debía verme igual. Las risas se apagaron poco a poco y terminamos mirándonos serios.

—Tyson —susurró.

—Tyler —respondí sin despegar la mirada.

—¿Puedo hacer algo y me prometes que nada será raro entre nosotros después?

Mi corazón comenzó a palpitar. Creo que sabía a qué se refería con "algo".

—¿"Algo"? ¿A qué te refieres con eso?

—Es solo algo que tengo que hacer. —Me miraba fijamente. Su labio inferior tembló un poco al hablar. Estaba nervioso.

—Hazlo. —Y me dejé llevar.

Sentí a mi mejor amigo acercarse poco a poco sin despegar la mirada. Casi como si me pidiera permiso con cada centímetro que se aproximaba. Una vez que estuvimos frente a frente, posó sus manos en mi cintura, pero apenas me tocaba.

—No pasa nada si me agarras, no me voy a romper —aclaré.

Sus manos se pusieron más fuertes y sentí que temblaban. Luego, acercó su cara a la mía y le escuché tragar saliva mientras que su pecho y el mío se unían, cosa que delató su acelerado latido. Cerré los ojos y esperé hasta sentir sus secos labios chocar contra los míos. En un inicio, ninguno hizo nada, pero entonces entendí que Tyler era el principiante así que abrí la boca y lo besé. Fue un beso simple y suave, tratando de decirle que no pasaba nada. Captó mi mensaje porque ahora él me besó a mí con la misma delicadeza. Sus labios rugosos se sintieron inexpertos contra los míos, como si hubiera olvidado que los besos pueden ir mucho más allá. Sentí su respiración tranquilizarse cuando todo hubo terminado y abrí los ojos cuando dejé de sentir el calor de su aliento contra mi cara.

—Tenía que hacerlo, es solo que...

—No te preocupes. No tienes que darme explicaciones.

Tyler abrió los ojos cafés de par en par y su boca le siguió, pero luego la cerró de nuevo.

—Gracias —susurró justo antes de abrazarme.

—Ahora eres tú el de la erección. —Lo abracé de vuelta.

—No me digas que no te encanta —susurró en mi oído.

—Me atrapaste. —Ambos nos reímos.

Antes de que pudiéramos decir algo más, los celulares sonaron a la llegada de un mensaje. Rompimos el abrazo y cada quien revisó el propio.

Griffin: Necesito verlos a todos hoy mismo. Es urgente.

ENTRE HOMBRES Y DIOSES (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora