La historia de Nathan: Parte 1 (Nathan)

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Julio, 2011

Yo tenía diecisiete años y nunca había tenido absolutamente nada que ver con ningún hombre. Había estado con mujeres y no tenía problema, me divertía, pero no me sentía tan satisfecho como todos mis amigos decían sentirse después de estar con una.

En ese entonces, yo tenía dos mejores amigos. Grayson y Caleb. Siempre estábamos juntos, nos contábamos todo, nuestras familias eran amigas, teníamos una excelente relación.

Aquel día de verano, los tres estábamos aburridos en la terraza de la casa de playa de Grayson. Su familia tenía mucho dinero y acostumbraban vacacionar en la costa, así que él nos invitaba muy seguido.

—¿Qué hay de Lauren? —preguntó Caleb con un tono cansado.

Lauren era la prima de Grayson, con quien Caleb había estado teniendo un romance de verano ese año.

—No contesta. —Grayson se quitó los lentes oscuros dejando ver sus ojos de un verde brillante. Desbloqueó el celular para comprobar si le había llegado un mensaje nuevo.

—Entonces no hay fiestas hoy, Lauren y sus amigas no contestan, y todos nuestros amigos están en la ciudad. En conclusión, estamos jodidos. —Caleb se levantó del camastro en el que estaba acostado y entró a la casa.

Grayson y yo nos quedamos acostados, cada uno en su camastro, disfrutando del sol que bronceaba nuestra piel y del viento que alborotaba nuestros cabellos.

—¿Pueden ya dejar de broncearse? Solo a los maricones les interesan esas cosas. —Caleb estaba nuevamente parado frente a nosotros, solo que tenía una botella en las manos—. Si no hay nada qué hacer, pues vamos a tomar.

Grayson y yo nos miramos y ambos enarcamos una ceja, pero nos dejamos llevar y decidimos cumplirle su capricho a Caleb.

—Ahorita vuelvo. —Grayson no dio más explicaciones y se metió a la casa. Tal vez iría al baño.

—¿Eso es vodka? —pregunté asqueado, mientras me levantaba del camastro. Sentía las gotas de sudor cayendo por mi torso desnudo—. Sabes que no puedo tomar eso sin vomitar, al menos no desde la última vez. Voy por el tequila que traje.

Me metí a la casa y subí las escaleras hasta la habitación de Grayson, donde estaba mi maleta y mi botella de tequila. Sin pensarlo, abrí la puerta y escuché una corta exclamación, no sin antes captar un destello del cuerpo desnudo de Grayson. Cerré la puerta inmediatamente.

—Nathan, pasa. —Escuché la voz de Grayson al otro lado de la puerta.

Como me indicó, abrí de nuevo la puerta y entré. Grayson estaba parado junto a su cama. Todavía estaba totalmente desnudo. No pude evitar sentir vergüenza. Aunque teníamos mucha confianza, nunca nos habíamos visto sin nada de ropa. De hecho, era la primera vez que veía a un hombre desnudo, al menos era la primera vez que le prestaba atención de verdad. Muchas veces había visto porno para masturbarme, pero siempre prestaba más atención a la mujer.

—Creí que eras alguien más, por eso me asusté.

No supe qué contestar, solo asentí y lo dejé continuar.

—Pero contigo no tengo problema, no me incomoda. Tranquilo.

Grayson se paseaba desnudo por la habitación buscando algo. No podía despegar mi vista de él. Tenía un cuerpo delgado, pero se notaba que había estado ejercitándose en los últimos meses. Era alto, incluso podría decirse que era largo. Su cuerpo era muy diferente al mío. Yo era más grueso porque llevaba ya casi dos años yendo al gimnasio y mi masa muscular era bastante en comparación a la de él. No pude evitar fijarme en su miembro, que una vez que vi, ya no pude dejar de verlo. Era enorme, al menos en comparación al mío. Tal vez el hecho de que él fuera flaco, le hacía ver más grueso, pero no, porque también era largo. Sin ninguna duda, era bastante grande. No sabía muy bien lo que sentía al verlo, pero un hormigueo recorría todo mi cuerpo, algo que nunca había sentido. Una sensación de frío inexplicable que luego fue reemplazada por un calor que sí conocía muy bien. Me estaba sonrojando.

ENTRE HOMBRES Y DIOSES (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora