Sospechas (Nathan)

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—¿Y qué pasó después? —Tyson ya estaba sobre la mesa, intrigado a más no poder.

—Pues... —Recuerdos tristes llegaron a mi mente—. Con el pasar de los meses, salí del clóset y Caleb no se lo tomó muy bien. Dijo que lo que pasó esa noche fue algo que yo planeé porque quería algo con él. Por supuesto, Grayson me apoyó y nos distanciamos de él. No hablamos con él desde que pasó eso.

—¿Y Grayson? —Tristan interrumpió. Estaba sentado con las piernas sobre la mesa, despreocupado.

—Cuando salí del clóset, me dijo que él era bisexual, pero que no estaba listo para que la gente lo supiera. Tuvimos algunos encuentros más durante unos meses, pero cuando entramos a la universidad, él se mudó a Mediterránea. Con el pasar de los años, hemos mantenido nuestra amistad, pasamos las fiestas juntos, a veces hacemos viajes, pero como no vivimos en el mismo lugar, trabajamos en cosas diferentes y no tenemos amigos en común, pues la amistad no es la misma.

—Quiero conocerlo. —dijo Tyson—. Sobre todo si tiene un pene tan grande como dices...

Todos se rieron de su chiste.

—Suerte con eso. Está muy ocupado. La última vez que lo vi fue en noviembre del año pasado que nos fuimos juntos a esquiar con nuestras respectivas parejas.

Pasaron los minutos y seguimos platicando. No pude evitar notar que Griffin hablaba muy poco. Parecía que miraba a Tyler constantemente, tal vez le había gustado, pensé, o tal vez solo no se sentía cómodo y yo estaba imaginando todo. Yo mismo me sentía un tanto incómodo. Acababa de conocer a esos tres hombres y ya les estaba contando cosas de mi pasado que guardaba celosamente entre mis recuerdos. Tal vez, incluso, si no me controlaba, terminaría por contarles lo que había estado viviendo con Marcus durante las últimas semanas. Marcus. Desbloqueé mi celular y entré a nuestro chat. No había visto el último mensaje que le había mandado. Ya habían pasado dos horas.

—¿Dónde queda el baño? —pregunté al aire, con la esperanza de tener un lugar privado desde el cual llamarle a mi novio.

—Te llevo. —Tyson se levantó y fingió seguridad al alejarse de la silla, cosa que no le resultó porque lo vi tambalearse.

Sin poder protestar, lo seguí por el camino de piedras que atravesaba el jardín, llegando a la terraza y después a las mismas puertas corredizas por las que habíamos entrado. Una vez en la sala de estar, me sorprendí cuando Tyson se dirigió a las escaleras.

—¿No tienen un baño abajo? —pregunté en un tono que sonaba como acusación.

—No funciona muy bien... —Tyson arrugó los ojos como si intentara enfocar—. Acompáñame.

Subí las elegantes escaleras detrás de él. En el segundo piso se abrió un pasillo largo, cuyas paredes tenían puertas de madera blanca cada determinada cantidad de metros. Entramos a la segunda y nos encontramos parados en una habitación grande y elegante. Con la muy poca iluminación de la luna, asumí que tanto las paredes como la cama eran blancas.

—Tyson...

—Allá está el baño. —Tyson señaló una puerta que no había visto antes. También blanca.

Entré al cuarto de baño y como cabría esperar, este era elegante, blanco y lleno de cristalería, justo como el resto de la casa. Abrí la llave del agua para que Tyson no pudiera escuchar mi plática con Marcus, tomé mi celular y le llamé. Sonó un timbre y luego otro. Marcus no atendía. Tal vez estaría durmiendo. Ese era exactamente mi pensamiento cuando, antes del tercer timbre, se cortó el intento de llamada. Marcus la había rechazado. Miré la hora en la pantalla del celular, eran las 11:00 pm, muy tarde para que estuviera en alguna junta del trabajo.

ENTRE HOMBRES Y DIOSES (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora