Me despedí de Cristina con un movimiento de mano mientras ella me veía por el retrovisor.
El sol se ocultaba y el atardecer había pintado el cielo de un naranja intenso que distorsionaba el blanco de las paredes de la mansión a la que estaba volviendo a entrar. La casa estaba sumida en silencio y se veía impecable, lo que contrastaba con el patio, el cual todavía tenía gente ruidosa y borracha. Quedaban solo unas veinte personas, pero hacían tal ruido que uno creería que eran más. La música no me dejaba escuchar ni mis propios pensamientos.
—¿Has visto a Tyson? —pregunté a Christopher, el recepcionista de Asmodeus, quien se tambaleaba al caminar por el jardín.
Christopher me miró y trató de enfocar la vista. No llevaba sus habituales lentes y parecía estar tratando de reconocerme.
—¿No tú eres Tyson?
Desapareció antes de que yo pudiera responder.
Caminé pateando vasos rojos y botellas que estaban tiradas en el jardín. No reconocía a ninguna de las personas que quedaban a excepción de Christopher. Griffin se había ido sin despedirse, Nathan llegó para cuando todos ya estaban borrachos y no dudó en irse después de solo unos minutos, Tristan estaba encerrado en una de las habitaciones con una mujer que no pude reconocer y Tyson estaba desaparecido.
—¡Hey!
Un hombre de traje de baño dorado me llamaba con un movimiento de mano desde los camastros. Noté como el naranja intenso del cielo hacía ver su piel oscura de un tono brillante. Conforme me iba acercando pude notar las líneas de los músculos que se marcaban en sus muslos descubiertos. Algo en mí se comenzaba a prender, pero no lo permití. Era una parte de mí que conocía muy bien, pero a la que no le permitía salir a jugar. En octubre del año anterior había consumido algo a lo que nunca le supe poner nombre y había dejado que ese secreto saliera a la luz ante algunas personas. Tenía vívidos recuerdos de lo que pasó aquella noche en APOLO'S. Si alguien me pidiera que le contara la historia, no podría dar un relato confiable en cuanto a tiempo y espacio, pero las imágenes de lo que sucedió no se borrarán de mi mente nunca. Las luces rojas brillando desde el suelo, los rizos negros, un hombre alto y esbelto que presumía de una sonrisa orgullosa, el mismo hombre gimiendo extasiado y, por último, el maquillaje negro corrido alrededor de los ojos azules de Griffin. La realidad es que no tenía ni idea de si el me había reconocido y solo de pensarlo me ponía nervioso, pero en caso de que lo supiera, no le había dicho nada a los demás y confío en que no lo haría.
—¿Cómo te llamas? —preguntó el hombre cuando me acerqué lo suficiente.
—Tyler —respondí dubitativo.
—Soy Ray. Mucho gusto. —Se levantó del camastro y me extendió la mano.
Respondí al gesto con cierto nerviosismo. Estábamos frente a frente y éramos de la misma altura. No, tal vez él era más alto. Era de la altura de Tyson. Su mano se sentía suave al tacto y su apretón era gentil, incluso más gentil del que cabría esperar considerando lo musculoso que era.
—¿Eres modelo? —pregunté al darme cuenta de que nunca lo había visto.
—Quiero ser.
Lo analicé por un momento. A pesar de ser relativamente alto y fornido, se veía muy joven.
—¿Cuántos años tienes?
—Veinte.
Hice una mueca.
—¿Qué pasa? ¿No te gustan menores? —sonrió.
—¿Gustarme? Yo... —balbuceé—. Tengo novia.
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ENTRE HOMBRES Y DIOSES (+18)
LosoweAdvertencia: Novela homoerótica (contenido +18 ocasional) Griffin consigue trabajo como fotógrafo de "Asmodeus", una revista gay extremadamente famosa, donde conocerá a un grupo de atractivos y lujuriosos modelos que le abrirán la puerta a una vida...