—¡¿Cómo pudiste mentirme?! —Mis gritos debían de escucharse hasta la calle—. ¡¿Te das cuenta del asco de persona que eres?!
Ethan miraba a la pared. Estaba inmóvil desde que lo confronté y admitió la verdad.
—Griffin...
—¡No! —Sentía mi cara arder de furia—. No puedo creer que hayas podido mentir sobre un tema tan delicado. Me arrepiento de no haber visto antes la clase de persona que eres.
—Todos cometemos errores. —Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Me miró.
—Sí, Ethan... —Bajé mi tono—. Pero lo que tú hiciste no fue un simple error, fueron meses de abuso y engaños a otras personas, y luego te atreviste a mentir y chantajear para que no saliera a la luz lo que hiciste. No importa que haya sido un error, no has hecho nada para enmendarlo, ni siquiera estás arrepentido.
—Sí estoy arrepentido, perdóname —dijo con un hilo de voz.
Su piel estaba sonrojada y brillante por el llanto.
—No es a mí a quien debes pedir perdón. Y te aseguro que a las personas a las que dañaste, un "perdón" no les será suficiente.
Caminé hacia la puerta y volteé a ver a Ethan por última vez. Lo conocía de hace poco de un mes, pero me dolía decirle adiós, aunque sabía que era lo correcto. Abrió la boca para decir algo, pero dirigí la mirada hacia la puerta antes de que lo hiciera. Di un portazo al salir.
Salí a la calle, perdido y sin rumbo. Sin tener muy claro lo que debía hacer ahora. ¿Debía denunciar? Nadie me creería. Era una caso que ya estaba cerrado. La realidad era que no podía hacer nada para ayudar a las víctimas, ni siquiera conocía sus nombres. Tristan entró con Tessa y los Ty's no llevaban mucho tiempo en Asmodeus cuando Andrews fue despedido. Entre mi confusión, le llamé a Tristan.
—¿Hola?
—¿Estás en el departamento?
—Sí... ¿por?
Le colgué y apresuré el paso hasta llegar a mi edificio. Subí el ascensor con desesperación y las manos me temblaban al meter la llave en la cerradura.
—¿Griffin? ¿Estás bien?
Tristan estaba sentado en el sofá co Grizzly entre los brazos. El gato ronroneaba mientras los dedos de mi amigo le acariciaban la espalda.
—Estaba saliendo con Ethan Hall. —Nunca le había dicho nada a Tristan.
—¿El modelo?
—Sí... pero todo terminó... —Y le conté todo lo que había pasado.
—Wow. Es mucho para asimilar.
—Ni lo digas.
Me senté junto a Tristan y comencé a acariciarle la cola al gato gris. Apoyé mi cabeza en el hombro de mi amigo y me sumergí en mis pensamientos. En algún punto me quedé dormido, porque cuando abrí los ojos, el sol ya no se posaba a lo alto y el departamento estaba oscuro. Tristan se había dormido también. Su pecho se elevaba con tranquilidad al ritmo de su respiración, que sonaba tenue y pacífica. Lo observé por unos minutos. Nos habíamos besado. Días antes nos habíamos besado y ninguno había hablado al respecto. El timbre interrumpió mis pensamientos y Tristan despertó con un sobresalto.
—¿Qué le hiciste a mi madre? —Lucas estaba parado en la puerta.
Tristan, quien se había levantado a abrir, volteó siguiendo la mirada de Lucas. Los ojos de ambos posados en mí.
—¿Yo? Nada.
—Está diferente. Triste. Lleva todo el día así, desde que saliste de tu reunión con ella.
—La confronté sobre un tema del cual necesitaba explicaciones. No fue nada.
—Ya deja de mentir, DiMarco. Dime la verdad. —Lucas entró a la casa y se posó frente a mí. Su voz sonaba seria y fuerte, pero sus ojos mostraban vulnerabilidad.
Le expliqué lo que había pasado.
—¿Lo sabías? Lo del escándalo.
—Algo así... —La mirada de Lucas estaba perdida en la pared—. No con tanto detalle.
—Pues ya lo sabes. No era mi intención causar un problema, es solo que necesitaba saber la verdad, y ahora solo quiero olvidarla... —dije con pesar.
—Pues eso haremos. —Tristan se levantó de su esquina del sofá.
—¿A qué te refieres? —Lucas lo miró serio.
—Nos vamos de fiesta. Los tres. La última vez la pasamos muy bien.
—No te ofendas, pero ni siquiera te conozco y estoy ocupado esta noche.
—Bueno, pero podríamos conocernos —Tristan miraba a Lucas con cierta curiosidad que me enojó.
—Wow. Perdón por romper tus ilusiones, pero no es el tipo de diversión que busco hoy. —Lucas se levantó con cierto movimiento rápido.
—Auch. —Tristan se sonrojó a más no poder.
—Yo acepto tu propuesta. Me hace falta distraerme. —Pensé en Ethan y en lo que había hecho. Tenía que enfocarme en otras cosas. Pronto lo superaría.
—Me voy a bañar. —Y Tristan desapareció por la puerta de su habitación.
—¿Por qué no lo consideras? —pregunté a Lucas cuando Tristan desapareció.
Lucas ya estaba parado junto a la puerta. Me acerqué a él y comencé a pasar mis dedos por el cuello de su playera. De nuevo pensé en Ethan y me castigué por eso. No estaba enamorado de él. Nuestra conexión no había llegado a ese punto, pero se sentía raro tratar a alguien más de esa manera, al menos estando sobrio.
—Estoy ocupado...
—Eres Lucas Quinn. Según lo que me han dicho, siempre tienes tiempo para salir de fiesta...
Rodó los ojos.
—Griffin... ¿qué estás intentando?
—No estoy intentando nada. Solo que creo que es una buena oportunidad.
—¿Oportunidad para qué? —preguntó.
—Para terminar lo que pasó la última vez. —No sé de dónde sacaba el valor para hablarle así. Era raro. Desde que lo conocí sentí la libertad de hablarle de esa manera.
—Lo voy a pensar... —dijo con cierto recelo.
—Nos vemos aquí en dos horas. No sé a dónde nos quiera llevar Tristan.
Lucas cerró la puerta tras él y yo me senté en el sofá a reflexionar. Tristan había dicho que quería divertirse como la vez pasada. La vez pasada habíamos terminado besándonos. Por otro lado, yo acababa de convencer a Lucas con la promesa de terminar lo que habíamos iniciado. Apenas empezaba a captar que mi noche podría ir de dos maneras diferentes, pero tenía la certeza de que ambas opciones terminaban en mi cama, o al menos, tenía la esperanza.
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ENTRE HOMBRES Y DIOSES (+18)
AcakAdvertencia: Novela homoerótica (contenido +18 ocasional) Griffin consigue trabajo como fotógrafo de "Asmodeus", una revista gay extremadamente famosa, donde conocerá a un grupo de atractivos y lujuriosos modelos que le abrirán la puerta a una vida...