La Última Cena (Griffin)

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—Eva quiere verte en mi oficina. —La voz de Tessa sonaba monótona, indescifrable.

—En veinte minutos estoy allá —respondí y colgué.

Veinte minutos después esta a atravesando las puertas de la elegante oficina de mi jefa. Como de costumbre, la enorme foto de Tristan en ropa interior me dio la bienvenida. Bajo esta, se hallaba la silla giratoria de Tessa que ahora estaba siendo ocupada por la imponente empresaria. Se giró para revelar una sonrisa en su huesudo rostro. Tenía algo entre las manos.

—Mira. —Lanzó el objeto sobre el escritorio, era una revista—. Esto es lo que se va a publicar, ¿te gusta?

Tomé la revista y admiré la portada. Era mi foto. Era mi propia versión de "La Última Cena". En ella se apreciaba un espacio cuyas paredes estaban totalmente cubiertas de cortinas de color rojo vino, las cuales caían con elegancia sobre el suelo, conformado de baldosas blancas y negras que asemejaban a un tablero de ajedrez. En el centro había una mesa de piedra que estaba agrietada y rota por varios lados, y tenía comida de todo tipo encima. Mis cuatro modelos se encontraban sentados en rocas parecidas a la mesa. Tyson y Tyler estaban en las cabeceras de la mesa, y Tristan y Nathan ocupaban el centro. Tyler se recargaba en la piedra con un brazo, como si estuviera aburrido o decepcionado, mientras que Tyson se mostraba sonriente con una copa en una mano y una jarra en la otra, ambas de un dorado metálico. Por su parte, Nathan miraba a Tristan, y Tristan a Nathan. Traté de reflejar la química que ambos habían tenido en la primera portada que hicieron juntos, y había funcionado. Todos exhibían su pecho desnudo y alguna que otra parte de la piel. Los grueso muslos de Nathan eran visibles bajo la mesa con nada más que un trozo de cortina tapando su miembro. En el caso de Tristan, sus manos cubrían su intimidad de una forma que se viera casual. Por su parte, Tyson y Tyler se encontraban de perfil, por lo que sus muslos eran visibles en la imagen.

—Me encanta —dije alucinado.

—Pues a mí también. Por cierto, te necesito a ti y a tus chicos disponibles el siguiente martes para una sesión.

—¿Otra sesión? ¿Qué tiene de malo esta? Creí que le había encantado.

—No, no. Esta vez tú entrarás con los modelos.

La miré confundido.

—¿Yo?

—Sí. Necesito una portada para Asmodeus Argenta, ¿y qué mejor que presumir a quienes están poniendo el alto el nombre de mi revista?

—Pero... —No sabía qué decir, estaba atónito.

—Supongo que estás familiarizado con el nombre "Elijah Talbot". —Me sonrió con suficiencia.

Elijah Talbot era un fotógrafo bastante famoso cuyo trabajo había seguido por varios años. Él era uno de los fotógrafos que me habían inspirado.

—Pero está retirado. No toma fotos desde hace años.

—Pues tengo suerte de que Eli sea padrino de más de uno de mis hijos. Estoy segura de que sabes que su carrera comenzó en Asmodeus. Nos hemos hecho grandes amigos con los años y está dispuesto a hacer esto.

—No sé qué decir...

—No digas nada. Avísale a los demás. Martes de la siguiente semana, recuerda.

Terminamos de hablar y me dispuse a salir, pero recordé algo que sentía que era necesario hablar, sobre todo ahora que Eva me estaba llevando por el camino que siempre había soñado.

—Directora —dije en un tono que mostró más miedo que respeto—. Hay algo de lo que quiero hablar.

Ella levantó la vista de los papeles en los que estaba inmersa y se acomodó los lentes.

ENTRE HOMBRES Y DIOSES (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora