🏮Xiao #1 𝓟𝓻𝓲𝓶𝓮𝓻 𝓔𝓷𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓻𝓸

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Narración: Segunda persona.

Situación: ¿Como seria el primer encuentro?

Seguro, algo tranquilo y peculiar también. ¿No?

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Caminabas con calma en dirección a la Posada Wangshu, donde verías a tu madre, quien te diría tus deberes ahora que trabajarias en el lugar. Ya tenías la edad para trabajar, aunque preferias otro trabajo fuera de la Posada pero tenias una salud algo delicada, por lo que lo que lo mejor era un trabajo tranquilo, y que mejor que atender clientes como mesera y llevar comida a las habitaciones de los clientes. Tenias un mal en el corazón, pero con una medicina especial podías calmar tus dolencias cuando pasaba. Aveces sentías como si el corazón fuera a detenerse, por lo que tus cuidados eran dedicados por parte de tus padres, y tu madre decidió conseguirte un trabajo ya que no siempre estarán ellos allí para cuidarte tanto y pagar las medicinas.

No estaba lejos, ya podías ver el lugar, pero de repente escuchaste unos pasos extras, al guiarte viste unos hilichurls que se veían muy agresivos.

-A-Ah-apenas hiciste ruido, corriendo rápido y siendo seguida por los 5 hilichurls, querías ir a algún guardia de la geoarmada, pero no ubicabas a ninguno a simple vista.

Ya cansada, caíste al césped, con un dolor en tu pierna, te habían rozado con una pierna y lastimado. Pensando que era mejor el trabajo de tu padre vendiendo perfumes en Liyue, pero muy tarde, solo cerraste tus ojos ya aceptando el destino, pero por suerte, te salvaste o salvaron mejor dicho

Abriste tus ojos, viendo a un chico de mechones verdes con una lanza y una mascara, aniquilando a los hilichurls máscara,. Este se acercó a ti cuando terminó con las criaturas, quitando su máscara, viendo su rostro delicado y ojos dorados

-¿Te puedes levantar, mortal?-dijo con una voz seria y fría

Hiciste un esfuerzo por ponerte de pie, pero entre el agotamiento y el dolor de tu pecho, a penas podías sentir tus piernas. Negando como respuesta

-Ven.-hablo dando un suspiro cansado. Tomándote por la cintura y cargandote como un saco

"ESTO ES MALO PARA MI CORAZON" penaste para ti misma.

En un abrir y cerrar de ojos, llegaron una asotea, la asotea de la posada. Sintiendo después como te bajaba

-Camina abajo. Allí ya te van a ayu__

Antes que el chico te terminara de dar instrucciones, escuchaste una voz familiar

-Por Rex Lapiz, t/n.-tu madre iba subiendo al lugar, acercándose para abrazarte al ver la herida de tu pierna.-¿pero que te paso? Cielo, ¿te duele algo más?

-Estoy bien madre. Él me salvo de unos monstruos.-respondiste con calma, viendo al chico que había tomado distancia de ambas.

-Adeptus Xiao.-al parecer tu madre lo conocía.-Le agradezco que salvará a mi hija.

-No sabia que tenia hijos, Ver.-respondió quien ahora sabes es un adeptus y de nombre Xiao.-Solo hice mi deber, no me agradezcan.

Dicho eso, el joven adeptus se fue en un parpadeo. Tu madre te llevó abajo, tratando la leve herida de tu pierna, no era la gran cosa, por suerte no tuviste que tomar la medicina para el corazón, estabas bien más allá del susto. Después te explico que aquel chico era un adeptus, y se quedaba en la Posada casi siempre, aveces el jefe le mandaba tofu con almendras para agraceder que gracias a él, los alrededores de la Posada están libres de peligros. Seguido de eso, te explico tu trabajo, dandote una caja con tu uniforme.

-Puedes empezar mañana, ahora estás herida y es mejor descansar.

-Estaré bien, mamá. Es solo un rasguño y mi pecho ya no duele.-sonreíste segura de tu estado

-¿segura? Bueno, entonces ve a cambiarte. Mientras como agradecimiento, le pediré al cocinero que le mande un plato de tofu al Adeptus Xiao.

-Oh, permiten que lo haga yo mamá. Sabes que cocino bien ese platillo, y será para agradecerle que salvará mi vida.

-Como gustes, cielo. Pero no lo molestes tanto, ¿si?

Asentiste, retirándote a donde tu madre te indico que te vistieras, una habitación especial por si un día necesitabas quedarte hasta tarde, o no quisieras ir desde Liyue a la Posada toda la semana. El uniforme te quedo bien, y procediste a bajar y pedir permiso de usar la cocina. Omitiendo el no tan sonriente cocinero, preparaste con calma el tofu con almendras, en verdad tu no seguías la receta al pie de la letra, pues solías endulzar el postre con algo de miel, las almendras pasabas a darles un tono dorado asandolas con algo de néctar de megaflora, era diferente pero te salía bastante bien. Ya con el plato, sonreíste y subiste a la azotea otra vez, buscando esos mechones verdes y allí estaba, cerca del barandal.

-Hola de nuevo.-sonreíste, aunque el adeptus ni te giro a ver

-¿Que necesitas? Deberías descansar en lugar de subir escaleras y molestar.

Parecia no muy contento de tenerte alli. Aun así, ignorante tus palabras y caminanste unos pasos más

-Estoy bien, gracias a ti. Por eso te prepare algo

Ahora si se giro a mirarte, o más bien al plato en tus manos.

-No necesitas agradecer. Pero acepatare tu ofrenda.-tomo el plato y dio su primer bocado. Tu estabas allí, solo para saber si le gustaba como lo preparaste.-sabe...diferente

-Ah, yo preparo el tofu algo distinto...¿no te gusta?

Pareció pensar un momento, mirándote a los ojos en silencio.

-Me gusta.

Sonreíste aliviada

-¿Si? Entonces si gustas puedo traerte un plato todos los días. Trabajaré aquí, asique puedo venir a dejarte el plato.-ofreciste con una sonrisa

-Como quieras. Pero no lo hagas si no quieres.

Eso era un si.

-En ese caso, hasta mañana, Adeptus Xiao.

Sonreíste, bajando con cuidado y poniéndote a trabajar. En toda tu jornada, sentías una mirada en ti, aunque al buscar no viste a nadie mirándote, por lo que solo lo ignoraste y seguiste con calma. Mañana pasarías al gremio de aventureros para preguntar si tenían néctar de megaflora, tenias muchos platillos de tufu por hacer desde el día de hoy.

Genshin Impact| Reader One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora