🧪Albedo #1 𝓟𝓻𝓲𝓶𝓮𝓻 𝓔𝓷𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓻𝓸

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Narración: Segunda Persona

Situación: ¿Como seria su primer encuentro?

Lo más probable, un resultado interesante, digno de investigar

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Caminabas por la nieve en calma, bien abrigada eso si. No estabas acostumbrada, ya que venias de Inazuma.

Hace poco habías logrado escapar, pues te buscaban al querer quitarte tu visión de Hydro por el decreto de la Raiden, pero habías visto lo que pasaba, como personas perdían memorias y se perdían a sí mismos. Eso te aterro, y decidiste escapar. Fue difícil pero a penas pudiste hacer una barca sencilla y escapar, llegando a una costa en la reguin de la libertad. Para tu suerte, una monja te encontró y llevo a Mondstadt, dejándote en la catedral de Barbatos.

Al contar tu historia a Barbara, la monja que te encontró y ayudó, te llevó después con los caballeros de favonius y allí se te dio el permiso de quedarte cuanto desearas en Mondstadt, incluso se te ofreció anotarte para lo exámenes de los caballeros, cosa que hiciste y terminaste dentro de estos y del gremio aventureros.

Por eso estabas hoy en la montaña nevada, se te había pedido ir a entregar unos materiales para el jefe de alquimistas, quien tenía su campamento por allí. No lo conocías, solo sabías que su nombre era Albedo y que no salía mucho de su campamento o laboratorio, al parecer eran pocos los que lo conocían en persona. ¿Eras afortunada? Quizás, eso depende de como vayan las cosas.

Llegaste a la estatua de los siete, descansando un momento

-Ahhh~ que frío.-murmuraste para ti, estando tranquila unos segundos pero un ruido te desconcentro. Corriste a donde estaba el ruido, y viste a un chico rubio cenizo parado en una flor que lo elevaba, y abajo un par de hilichurls molestos. Diste un salto y te acercaste a los monstruos.

-¡Ika yaya!

-Da Daba-por suerte habías estudiado Hilichurlismo en inazuma.

Los dos monstruos se vieron. Y después saltaron

-¿Ika yaya?

-No

Tras tu negación ambos se pusieron contentos. Buscante en tu mochila, sacando una caja donde tenias algo de comida

-¿Muhe mita in movo lata?

-¡Muhe!-uno de ellos tomó la caja, bailando y retirándose contentos.

-¿Sabes su idioma?-escuchaste al chico a tu lado, ¿cuando había llegado allí?

-Ah, si. Lo estudie. Es útil para calmarlo.-respondiste con calma

-Ya veo, ¿y que querían? Es normal ver que te ataquen de la nada, pero es curioso saber porque lo hacen.

-La mayoría lo hacen porque se asustan y se defienden, pero estos se enojaron contigo.-apuntaste a una fogata cubierta de nieve y allí había algo de carne ahora congelada.-Quizas sin querer cubriste de nieve su comida.

-Oh, cuando baje posiblemente. Ni pincel cayó y lo quise tomar, los debí asustar allí.-pareció pensar, poniendo su mano en su mentón

-Bueno, ya están tranquilos. Les di algo de carne en jugo de frutillas.

-¿eso les gusta a los hilichurls?

-Algunos.

-Interesante

Que chico más extraño, pensabas para ti.

-¿Y que hacías dibujando unos hilichurls?-preguntaste ya por la curiosidad del momento.

-Solo quise practicar. Me interesa ver sus comportamientos.-si que era un chico extraño, y serio al parecer.-¿y tu que haces aquí? Por tu abrigo, he de suponer que no estás acostumbrada al frio

-Ah, si. Soy miembro del gremio de aventureros, y me pidieron entregar unas cosas al jefe de alquimistas.

-Ah, si, me informaron de ti.-extendió su mano en tu dirección.-Soy Albedo, un placer.

-Oh, así que eres tu.-menos mal no dijiste en voz alta que era extraño.-Soy t/n, un placer igual.-estrechaste su mano en cortesía. Pero ese apreton pareció durar más que unos segundos, y sumando la mirada fija del chico te hizo sentir ya inmoda, y apenada.-Ejem ¿te doy las cosas o...

-Vamos a mi campamento. Te guió, sígueme.-dijo mientras se ponía a caminar, aún no soltaba tu mano

Eso te hizo poner nerviosa, ¿acaso era normal en la nación de Barbatos llevar a la gentasí? ¿O era solo ese extraño chico? A como sea, te sonrojarse hasta las orejas. Ni cuenta te diste cuando llegaste a una cueva, cálida que al parecer era su campamento

-¿T/n? ¿Acaso hace mucho frio?-la voz del chico te trajo a la tierra otra vez.

-No, no. Todo bien.-tomaste tu mochila, buscanso los materiales y dejandolos en la mesa. Tratando de calmar tu sonrojo.-Aquí esta todo.

Albedo se acercó y reviso las cosas, con una gran calma.

-Gracias, t/n.

-No hay de que, cuando necesites más cosas puedes mandar a llamarme, o a alguien más.

Albedo pareció guardar silencio unos minutos. El silencio se sintió incómodo, por su mirada fija en ti, no podías evitar temblar

-Ejem, bueno. Me retiro, debes tener cosas por hacer y el camino a abajo es largo

-Ah, es noche ya. Puedes quedarte si gustas.

-No. No. No es apropiado.-te negaste, ahora si con tu rostro rojo como manzana.-Estaré bien, no te preocupes.

-¿Estas segura?

-Si, si. Si me pierdo, puedo buscar los hilichurls de antes para que me guíen.

-Esta bien, ten cuidado en el camino de regreso.

Asentiste, dando vuelta y retirándote del campamento. El frío ahora no parecía gran cosa con lo caliente de tu rostro, esto era un choque cultural en todo su esplendor,o quizás el chico era así de despreocupado. Como sea, seguro no iba a ser la última vez en verse.

Meno cuando Albedo se quedó allí en su campamento, viendo su mano y pensando en lo interesante de la situación anterior.

Genshin Impact| Reader One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora