El cuerpo humano es algo muy interesante, hombres y mujeres por igual... Me gustan activos en el plano sexual; adoro sus cuerpos, sus curvas y su manera de disfrutar el sexo. Enloquezco cuando se entregan por completo a mis deseos.
Aquel azabache se encontraba sentado en una mesa del local Gavana, un bar de ambiente ubicado en la ciudad de Múnich. Asistía a ese lugar con regularidad para distraerse.
Era el blanco de muchas miradas; era el macho alfa. Muchos deseaban ser elegidos por él cada noche que asistía al bar. Morían por ser desnudados y que él se metiera entre sus piernas.
Los que asistían al bar sabían muy bien por qué estaban ahí: les gustaba el sexo caliente, exaltado y morboso. Iban ahí para disfrutarlo de mil maneras.
A su derecha, hablando con un grupo de gente, había una hermosa mujer con la que estuvo hace un par de noches. No se acordaba de su nombre, pero le daba igual. A pocos metros, a su izquierda, había un ardiente hombre dispuesto a todo. Con él había pasado muy buenos ratos, pero tampoco recordaba su nombre. Sus ojos se encontraron y se regalaron una corta sonrisa; sin duda, ambos eran depredadores sexuales.
Su agradable noche no duró mucho cuando vio que por la puerta del bar ingresó Victoria, su ex. Había descubierto a esa maldita zorra en la cama con su padre meses antes de que falleciera. Al principio había dolido su engaño, pero después reconoció que, sin Victoria, a la que él solía llamar Vicky, estaba muchísimo mejor.
—Hola...
—Ni me hables —siseó.
—Pero, Jungkook...
—Aléjate de mí —la cortó—. ¿Cómo tengo que decírtelo?
—He pensado que quizás quieras jugar esta noche conmigo —dijo con sensualidad, ignorando lo anterior.
Jungkook la observó boquiabierto. Después de lo que había hecho con su padre, ¿se atrevía a pedir eso? Estaba loca.
—¡No! Ni loco, a usted no la toco ni con un palo.
—Siempre te gustó ofrecerme... —siguió insistente.
—Tan solo pensarlo me repugna, ¡¡ya basta!! —Tomó su vaso de whisky y la dejó sola.
Caminó por el bar con su vaso en la mano hasta que se topó con la intensa mirada de un chico al fondo de la sala. El chico era hermoso, tenía un cuerpo bien trabajado y un trasero prominente. Sin duda, alguien con ganas de pasarla bien.
Clavó los ojos en él y lo invitó a acercarse sin decir una palabra. Si algo tenía Jungkook claro, es que él no iba detrás de nadie; él elegía y seleccionaba. Se daba el lujo de poder hacerlo. Se situó junto a la barra para disfrutar de su bebida hasta que el chico se aproximó a él y se presentó.
—Hola, me llamo Khristofer —sus ojos recorrieron su cuerpo.
—Jungkook —saludó.
Iniciaron una conversación absurda sobre el local, y sin previo aviso, el susodicho cogió su mano y la colocó en su prominente trasero. Jungkook sonrió de lado y deslizó su mano dentro del pantalón, apretando y tocando su redondo trasero.
Sin decir nada más, tomó la mano del chico y lo dirigió a una habitación colectiva. Al entrar, había gente practicando sexo de mil formas distintas. Placer, morbo y jadeos era lo que se escuchaba. Estaban en un lugar para satisfacer deseos sin necesidad de desnudarse por completo.
Divisó un sillón libre y se encaminó para sentarse. Su acompañante se arrodilló y bajó la cremallera de su pantalón, sacando su miembro ya bien erecto. Seguidamente, lo envolvió con su húmeda y caliente boca, comenzando a chuparlo y a succionarlo.
—¡¡Uhmm, qué placer..., esto es completamente embriagador!! —Jungkook sumergió sus dedos en la cabellera castaña del chico, y cerró sus ojos, dedicándose solo a disfrutar.
Su acompañante se deleitaba pasando la lengua por toda su longitud y volviendo a engullirlo hasta su campanilla. Era un chico con experiencia y sabía muy bien lo que hacía.
Pero para Jungkook eso no era suficiente; quería más. Lo levantó, desabrochó y bajó su pantalón. Después le dio la vuelta y lo inclinó hacia delante, dejando el redondo trasero del chico a la altura de su rostro. Humedeció dos dedos en su boca y después los dirigió a la entrada del castaño, profanando su interior en un vaivén tortuoso.
El castaño jadeaba de excitación y meneaba su cuerpo con leves movimientos, encontrando sus dedos. Jungkook apretó una de sus nalgas fuertemente y pudo ver cómo sus piernas temblaban de placer. Rápidamente, se colocó el condón y lo atrajo a su regazo para hundirse en él con fuerza y decisión.
Se recostó en el sillón y llevó la espalda del castaño a su pecho. Tomó sus muslos por debajo de las rodillas para que colocara sus pies al borde del sillón, quedando en una semi-sentadilla que le dio más libertad de moverse. Deslizó una de sus manos hacia la desatendida erección del castaño y enrolló sus dedos en ésta.
Comenzó un vaivén con su mano mientras con la otra se aferraba firmemente a su cintura, dando fuertes embestidas. El castaño era un mar de jadeos y maldiciones, la música perfecta para sus oídos.
Disfrutaron, jadearon y llegaron a la cúspide del placer. Follar era lo que más le gustaba en este mundo.
En el momento que sus cuerpos temblaron y ambos gritaron al llegar al orgasmo deseado, supo que se habían proporcionado el mismo placer.
Cuando todo se terminó, no hubo palabras ni besos, solo se limpiaron y salieron de la habitación, despidiéndose con un guiño de ojo.
El castaño volvió a su lugar al fondo de la sala y Jungkook, por su parte, volvió a la barra buscando algo que beber porque estaba muy sediento.
Hola..
Bueno después de tanto pensar si hacerlos, finalmente este es el primer capitulo espero la historia sea de su agrado 😉
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PIDEME LO QUE QUIERAS (KOOKMIN💘💦🍑)
عشوائيJeon jungkook es un poderoso empresario nacido en Alemania. Siempre ha sido un hombre frío y libre, que disfruta del sexo sin amor, sin compromiso con hombres y mujeres. Pues el amor y el Matrimonio no hacen parte de su lista. En un viaje de negoci...