Temptation || Draco Malfoy

c.024

Hoy sería una noche importante, puesto que hoy descubriría si Draco y yo eramos almas gemelas.

Estaba emocionada por la llegada de ese momento, pero también me moría de miedo a su vez.

El miedo que tenía a que a la mitad de nuestro baile la vela se apagase era enorme.

Incluso llegué a preguntarle a Tori si había algún truco para que la vela no se apagara, pero lo único que me dijo fue que bailara con Draco como siempre lo había hecho.

Poniendo toda mi atención en él.

Estas ocasiones lograban ponerme siempre nerviosa.

Además, desde que Jane no podía trabajar puesto que en unas semanas daría finalmente a luz, me tocaba peinarme y maquillarme a mi.

Era algo que realmente me gustaba, puesto que era tiempo que me dedicaba a mi misma por completo, pero no me daba esa seguridad de saber que Jane dejaría mi pelo o mi rostro en perfecto estado.

Con suerte estas cosas siempre se me habían dado bien y con tiempo y dedicación podía obtener resultados increibles.

Así que cuando terminé de comer me di un baño y a las cuatro de la tarde empecé a arreglar mi cabello.

Tardé más de hora y media, pero lo dejé como yo quería.

Almenos con el maquillaje tuve algo más de suerte y tardé media hora menos.

Como fui previsora y me sobró tiempo, decidí pasar el resto de la tarde en mi habitación leyendo y pasando tiempo con Iris.

Poco antes de las ocho de la tarde la abuela entró para ayudarme a ponerme mi vestido blanco y cuando terminó, caminé hasta la habitación de papá para buscar que joyas me pondría hoy.

Pero para mi mala suerte la habitación de mi padre no estaba vacía.

Blair estaba terminando de arreglarse.

-No te han enseñado a llamar a la puerta querida?-preguntó ella

-Es mi casa-respondí caminando directamente hasta el vestidor-no necesito ir llamando a la puerta, querida

-Tu padre no está aquí-habló ella

-Enserio? No me había dado cuenta-respondí mientras finalmente llegaba a la puerta blindada- por si no te has dado cuenta tengo algo importante en esta habitación

-Cierto-siguió ella mientras la escuchaba acercarse por detrás- las joyas de tu querida madre

Cuando le escuché el tono en el que dijo las últimas dos palabras me entraron ganas de quitarme uno de mis carísimos zapatos de tacón y clavarselo en el ojo.

-La cuales tengo en herencia-respondí poniendo la clave para que finalmente la puerta se abriera

Pasé por la puerta y mientras buscaba que joyas ponerme para esta noche se me ocurrió una gran idea.

-Cuando conociste a mi padre? Quiero decir si tienes el proposito de quedarte con mi padre debería de saberlo-hablé

-Lo conocí poco después de las pascuas-respondió

Podía notar como desde la puerta blidada miraba las joyas con deseo, así que decidí seguir jugando con su mente.

-Y como ha sido todo desde entonces?

-Todo ha estado muy bien con tu padre-respondió-espero que no te importe que alguna vez me haya sacado a cavalgar y yo haya usado a Hera

-Para nada! Hera está muy acostumbrada a llevar mujeres que no sean a mi-seguí mientras finalmente elegía unos pendientes de diamantes