🌺 Capítulo 10

131 15 54
                                    

🎧 Canción del capítulo: Angel Baby  Troye Sivan.


Segundo día de viaje — Actividad: Cita en la galería de arte.

Leía Sienna en el planificador que se había hecho para recordar que debían hacer cada jornada, mientras comenzaba a vestirse.

Le gustaba tener todo bien organizado. Era consciente de que no todo puede estar perfectamente estructurado siempre, los imprevistos existen, pero le agradaba tenerlo todo tan planeado como fuera posible. Cuantas menos sorpresas, mejor.

En esa ocasión optó por llevar, un clásico pantalón estilo sastre a la cintura y una sencilla camisa de seda blanca. Era un estilo sobrio, elegante, ligero y lo más importante, fresco. Evidentemente no tanto como le habría gustado para la isla, pero con eso bastaría por unas horas.

Aunque, ahora estaba teniendo ciertas dudas con el conjunto. Viendo los vaporosos y coloridos vestidos que habían optado por vestir la mayoría de las huéspedes desde que llegaron, se sentía un poco apagada, tal vez incluso aburrida. Como una sosa y apagada margarita blanca, entre un montón de vivaces y llamativas rosas, tulipanes o peonías.

¿Bueno a quién le importaba?

Así era ella, no tenía que cambiar para agradar a nadie. Si esa ropa la había ayudado a conseguir unos cuantos inversores para sus proyectos de la universidad, le tendría que funcionar también para pasar una tarde entretenida en una galería de arte.

Además, estaría en compañía del señor Kyong y él sería quien menos iba a fijarse de todos. Al menos, a quién menos le importaría o ella intentaría agradar.

Al parecer, acudir a una inauguración de una exposición artística era la nueva moda entre las citas. Puesto que normalmente tenían lugar por la tarde noche, un horario que normalmente resulta cómodo. Pero sobre todo porque se puede disfrutar de algo de arte, que nunca viene mal, relajarse bebiendo algunas copas vino y mantener una conversación agradable sin ruidos excesivos alrededor. Todo ello sin perder la comodidad y tranquilidad que da estar rodeado de gente en caso de que la persona de la cita sea desagradable.

Aparentemente, si ese pequeño acercamiento tenía buenos resultados para la pareja, luego podían salir juntos a cenar y lo que sea que surgiera después; pero en cambio si las cosas iban mal, las personas se despedían al finalizar el evento y a otra cosa.

Para Sienna todo eran ventajas en ese nuevo método, quien lo hubiese inventado sin duda merecía un aumento o algo así, porque le parecía una idea estupenda. Lástima que en realidad ella no pudiera decirle adiós a lord Antipático tan pronto, bueno, puede que estuviera empezando a acostumbrarse a pasar tiempo con él.

Cuando oyó el sonido del carrito del joven mozo del hotel, se apresuró a recoger lo que necesitaba y salir para no hacerlo esperar mucho con aquel clima tan ardiente.

— Bien, siempre llegas a tiempo. — Gritó Sienna a Caesar mientras corría hacia el pequeño coche, que arrancó tan pronto como ella se sentó. — Toma, te he traído algo para beber, hace demasiado calor. — Le pasó una lata de cola helada mientras se sentaba sin apenas mirarlo.

Que extraño, él normalmente no mostraba tanta prisa.

— Gracias doctora.

— ¡Ay que susto! — exclamó al oír la voz del duque en lugar de la del muchacho. — ¿Qué hace aquí? ¿Dónde está el chico?

— Le he robado el coche — bromeó con picardía, guiñándole un ojo con complicidad. — Vamos, acomódese bien antes de que descubran donde estoy.

Quince días para enamorarnos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora