🌺 Capítulo 37

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🎧 Canción del capítulo: Rosenfeld— Dangerous Woman.


Cailean estaba en su oficina tratando de leer un informe, no estaba seguro de cuantas veces lo había repasado ya, pero seguía sin enterarse de lo que ponían esas condenadas hojas. Hablaba más de cinco idiomas, pero ninguno de ellos parecía servirle para comprender lo que decía ese estúpido dossier.

¿Por qué últimamente se le hacía tan difícil concentrarse?

Su cabeza parecía estar en cualquier parte menos en lo que debía. Ya sabía que tomar vacaciones no era una buena idea y, para colmo, se había pasado más días de los esperados en el castillo de Kendrick. Seguro que eso había afectado de alguna manera a sus neuronas tan acostumbradas a sobre trabajar siempre.

Para colmo, sus amigos le habían dicho en más de una ocasión que su humor era todavía incluso peor que antes. A pesar de que las pasadas semanas ya había sido bastante malo, ahora, al parecer, se había superado a sí mismo en hosquedad. Aunque al principio se negó a creerlo, a estas alturas ya debía admitir que los empleados lo evitaban, había visto a más de uno salir corriendo en cuanto lo veían aparecer.

¡Estúpidos!

No podía ni siquiera caminar tranquilamente por los pasillos de su propia empresa porque todos lo malinterpretaban y se asustaban.

Como si de verdad alguna vez hubiese atacado a alguien o hecho cualquier otra cosa igual de reprobable. Era un buen jefe, se aseguró al máximo de que fuera así cuando empezó a trabajar, pagaba muy bien y cuando debía, no exigía más de lo necesario y, por supuesto, les daba una buena temporada de vacaciones u horas de descanso.

¿Qué más querían que hiciera para que dejaran de mirarlo como si hubiera perdido la cabeza?

¡Maldición!

De acuerdo, si era sincero, tal vez debía admitir que últimamente estaba un poco irritable, puede que también le hubiese gritado a algunas personas y mirado mal a otras. Pero eso tampoco había sido algo exagerado. ¿O sí?

Aghs, ¿qué demonios le estaba pasando? ¿Por qué se estaba comportando de esa manera? Se preguntó apretándose el rostro, frustrado.

Su teléfono sonó de repente, anunciando la llegada de un nuevo mensaje. Se apresuró a buscarlo casi como si estuviera desesperado. El aparato estaba oculto bajo varias capas de papeles, todo allí era un caos desde hacía algunas semanas, pero, aun así, pudo encontrarlo con relativa facilidad.

Su corazón latía acelerado mientras lo abría, aunque al final, solo se trataba de Jung Sang Woo, hablando del estúpido viaje en barco, otra vez.

Ya le había dicho que no pensaba hacerlo, aunque en su momento había aceptado sin darse cuenta, e incluso a pesar de que su plan de recorrer todas las islas de Grecia durante un mes, con paradas estratégicas para disfrutar de lo que aquellos lugares podían ofrecer a cualquier hora del día, sonaba de maravilla, él no pensaba unirse a aquella aventura.

Sang Woo y Luca estarían perfectamente bien sin su presencia, no entendía por que no dejaban de insistir en llevárselo.

Cailean ya no quería saber nada de playas, mujeres desconocidas cuyos rostros acababan confundiéndose al final de la noche, ni de fiestas interminables. Posiblemente algo así le vendría bien para relajarse y olvidar toda aquella tensión que lo estaba consumiendo, pero el simple hecho de pensar en ello ya le quitaba las ganas y no solo porque eso significara tener que tomarse más vacaciones.

Quince días para enamorarnos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora