🌺 Capítulo 31

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🎧 Canción del capítulo: She — Elvis Costello.


Después de buscarla por la toda la fiesta sin éxito, Cailean decidió que tenía que pensar otra solución pues estaba claro que no iba a encontrarla de esa manera. ¿Pero, qué podía hacer?

Se preguntaba, mientras, Jung Sang Woo, su primo y amigo, intentaba convencerlo de que realizaran una breve excursión en barco el mes siguiente a modo de vacaciones. Bien sabía el otro hombre que él no se toma descansos con frecuencia, mejor dicho, nunca, sin embargo, eso no evitaba que intentara convencerlo siempre que surgía la ocasión.

Seguro que la idea era buena, a Sang Woo solía dársele bien planear viajes, no obstante, su cabeza estaba ahora en otra cosa y apenas podía prestarle atención. Puede que incluso hubiese aceptado la aventura sin darse cuenta.

Ya lidiaría con eso después, ahora sus neuronas solo estaban enfocadas en una cosa.

La Sirena.

¿Dónde se había escondido Sienna? ¿Por qué todos menos él la habían visto y hablado con ella? ¿Lo estaba evitando? ¿Sabría siquiera que él también estaba allí?

—¡Me he enamorado! —dijo Luca, amigo y socio de Cailean, acercándose a ellos dos con expresión soñadora.

Si este no hubiese aparecido por detrás y pasado un fuerte brazo por encima de sus hombros, asustándolo, puede que todavía siguiera mentido en ese trance de búsqueda sin respuestas.

—Lo haces todos los días. ¿Quién es la pobre desafortunada esta vez? —bromeó el duque, dando un trago a su bebida.

—¡Shh! —exclamó Sang Woo—. Es mejor que no lo repitas muy alto, las casamenteras están por aquí y no dudarán en llevarte a esa isla como hicieron con él —acabó, señalando a su primo.

—Pues, si esa preciosa rubia vestida del color de una sabrosa copa de vino tinto se parece en algo a las mujeres con las que intentarían casarme, iría con los ojos cerrados —comentó con una sonrisa, rememorando a la belleza que había visto tan solo unos minutos antes—. Lo que no entiendo es como nuestro querido Lord salió de allí soltero.

—No seas insensible, el pobre todavía tiene el corazón roto.

—¿Por qué no dejan de decir tonterías los dos? —protestó Cailean—. Ya te he dicho que no estaba enamorado de Amanda, solo probábamos compatibilidades.

—Tu humor de estas semanas dice todo lo contrario.

—Estoy de acuerdo con Sang Woo, ha sido bastante difícil aguantarte. Los empleados tenían miedo de pasar incluso por fuera de tu oficina...

—Dejen de exagerar, no me pasaba nada. Y tú —añadió refiriéndose a Luca—, muéstranos quien te deslumbró esta vez. Tiene que ser impresionante si incluso te hace pensar en matrimonio.

Los tres hombres empezaron a otear el salón con la mirada en busca de la misteriosa mujer, no era difícil, todos eran bastante más altos que los allí presentes. No obstante, la esquiva dama se hizo esperar antes de ser visible para ellos.

Una maraña de rizos rubios apareció de repente en medio de la multitud, captando automáticamente la atención del trío de amigos.

Allí estaba, en medio de la gente que disfrutaba de la fiesta indiferente a lo que estaba sucediendo. Las personas se fueron apartando como el mar rojo, casi como a cámara lenta, unos para un lodo, otros al otro, desapareciendo sin que importara a donde, para que ellos pudieran ver sin restricciones a quien estaba en el centro.

Quince días para enamorarnos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora