🌺 Capítulo 17

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🎧 Canción del capítulo: Yuju — I'm in the mood for dancing.

Sienna definitivamente no había ido preparada para una noche de discoteca, ni siquiera estaba segura de tener en su guardarropa algo adecuado para hacerlo. Toda su vestimenta consistía en elegantes trajes necesarios para los eventos de trabajo o cómodas prendas vintage a las que su primo solía llamar cariñosamente ropa de abuela.

Nunca se planteó que su estilo, que consistía mayormente en pantalones de pinza estilo sastre que iban por encima del ombligo y, eran cortos en verano o largos en invierno; camisas con cuellos estilo Peter Pan para los días calurosos, o de cuello alto cuando llegaba el frío, junto con amplios suéteres de punto; podría ser aburrido o inadecuado.

La verdad es que eso jamás le importó mucho, porque, aunque la mayoría de la gente encontrase su manera de vestir algo anticuada, a ella le gustaban y se sentía cómoda con ese tipo de prendas que le parecían adecuadas sin llegar a ser completamente formales. De todas maneras, poco se veía debajo de las blancas batas del laboratorio.

Pero justo ahora, cuando se enfrentaba a una noche de juerga juvenil, no sabía que ponerse.

Normalmente no le habría importado, se pondría cualquier cosa e iría sin preocuparse más, pero, por una vez en su vida le apetecía encajar. Deseaba no ser el bicho raro solitario, al menos por unas horas. Eso tampoco era algo que la inquietara mucho, era realmente feliz con su vida tal cual estaba, pero entre tantas nuevas experiencias, ¿por qué no intentar también ver que se siente al estar del otro lado?

Lo cierto es que cuando se enteró de la actividad, al leer el itinerario que enviaron desde la agencia antes de comenzar el viaje, decidió que esa iba a salártela. El problema es que ahora conocía a Cailean y sabía de sobra que este era uno de los eventos que más llamaba su atención.

Además, cuando comentó a Michael de pasada sus intenciones de escaquearse, este se negó en rotundo a permitirlo. Estaba decidido a llevarla él mismo hasta la discoteca si era necesario, sobre todo después de saber que Sienna nunca había ido a una antes. Al parecer era una experiencia que puede gustarte más o menos, pero que todo el mundo debe vivir al menos una vez en la vida mientras sea joven.

La sensación de las personas bailando acompasadas a tu alrededor, haciendo que formes parte de una masa de cuerpos que se mueven en una misma cadencia sin tener nada que ver, sin llegar a conocerse o incluso intercambiar nombres. El calor, a veces incluso agobiante, la música atronadora llenando cada rincón de la sala e impidiendo oír nada más, las luces de colores haciendo del ambiente algo más caótico e irreal, las bebidas...

Ella no había tenido nunca la oportunidad ni los amigos con los que experimentar todo eso, debido a que cuando entró en la universidad era demasiado joven para esas cosas y nadie la invitaba. Luego, al alcanzar la edad adecuada, estaba ya tan centrada trabajando que esas cosas no le interesaban.

Y por eso, aunque fue con la firme idea de desaparecer esa noche, seguía allí, comiéndose la cabeza decidiendo que podría utilizar.

Se planteó pedir ayuda al duque, después de todo el solía vestir muy bien. Pero acabó por descartarlo, porque seguramente después se pondría insoportable presumiendo de todo lo que sabía sobre mujeres o lo listo que era escogiendo ropas que la harían verse y sentirse sexy. Además, seguro se quejaba todo el tiempo por tener que pasar la tarde entera con ella probándose ropa en lugar de estar haciendo cualquier otra cosa que le gustase más.

Así que mejor no, él no. No quería tener que pasar por ello.

Pensó también en la señorita Amanda Rodríguez, después de todo ¿quién mejor que una diseñadora de modas profesional y con talento para aconsejarla? Pero la verdad es que le daba algo de vergüenza admitir ante la mujer que no tenía ni idea de lo que debía hacer. Seguro que ella no iba a burlarse ni nada parecido, lo cierto es que la mujer era bastante amable y más bien encantadora, pero eso no cambiaba el hecho de que no se atrevía a acercarse para pedirle un consejo tan personal.

Quince días para enamorarnos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora