🎧 Canción del capítulo: Foreigner — Waiting for a girl like you.
¿Cómo una personita tan pequeña y delgada podía comer tanto? Pensaba el antipático unos minutos después, mientras acababan de cenar. No es que ella realmente hubiese exagerado, pero con calma y buenos modos, había acabado comiendo casi el doble que él. ¿Dónde lo guardaba? En ese cuerpito menudo seguro que no.
¿Y cómo demonios un lápiz labial podía resistir tanto tiempo aferrado a esa llamativa boca regordeta? Se preguntó distraído, sin poder alejar los ojos de ese lugar. Cuando ella dejó de moverla se dio cuenta de que le estaba hablando y como se entretuvo pensando tonterías no había respondido, ni siquiera escuchado.
—Perdone, ¿Qué ha dicho? Pensaba en otra cosa —dijo apartando por fin la mirada de su boca y centrándola en sus ojos del color de un cielo despejado.
Uf, que condena de mujer, no sabía que era peor. Los tentadores labios carmesí o los penetrantes y cristalinos ojos azules. ¿Es que ella no sabía hacer nada con moderación? ¿Todo tenía que ser tan llamativo?
—Le preguntaba su nombre. —Sienna se tapó con la servilleta y se pasó la lengua por los dientes.
¿Los tendría pintados? ¿Le habría quedado algún trozo de comida atascado? No notaba nada raro, pero entonces ¿por qué él no dejaba de mirarla allí? En cuanto pudiera se escaparía al baño para revisarse en el espejo por si acaso.
De momento era mejor seguir con la conversación. Sería un poco raro que se levantara repentinamente para ir hasta el lavabo, mientras solo la estuviera viendo él no importaba tanto lo que sea que tenía por aquella zona de la cara.
—No lo dijo antes y supongo que es algo que debería saber si vamos a fingir gustarnos —agregó, solo para aclarar que no era algo que quisiera saber, si no una cosa necesaria para su plan.
—Claro, tiene razón.
Que tonto, ¿Cómo es que había olvidado preguntar algo tan básico como su nombre? Porque estaba demasiado distraído meditando sobre infinidad de sandeces. Seguro que era culpa de las vacaciones, eran algo tan extraño para él que probablemente le estaban sentando mal y estaban haciendo cosas raras en su cerebro.
—Soy Cailean Lee Kyong. — Esperó durante unos segundos a ver si ella lo reconocía de alguna forma.
No es que fuera precisamente famoso, pero la gente de alguna manera siempre hablaba o sabía de las personas con mucho dinero, como él. Puede que cuando era algo más joven y para desgracia de su madre, saliera en la sección de chismorreos de algunas revistas de sociedad, pero eso se había acabado. Actualmente se cuidaba de llevar un perfil bajo y lo más privado posible.
Ya no era un simple heredero malcriado, con más billetes en sus bolsillos que buenas ideas en su cabeza. Ahora era un hombre adulto, responsable de una gigantesca empresa en la que trabajaban cientos de personas y poseedor de su propia fortuna personal. Tenía otras prioridades y por supuesto deberes que cumplir.
De todas maneras, a veces le sorprendía la cantidad de información que podían conseguir algunos individuos sobre su vida privada o sus finanzas. Pero sobre todo le impactaba lo lejos que estaban dispuestas a llegar algunas mujeres de baja moral con tal de atrapar a un marido millonario.
Razón por la que era tan desconfiado. Causa por la que no acababa de fiarse de las acciones desinteresadas de esta aparentemente encantadora mujer.
—¿Y usted es? —continuó él hablando al ver que su nombre no le decía nada a ella.
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Quince días para enamorarnos [COMPLETA]
RomanceA Sienna nunca le ha importado mucho el amor, las relaciones de pareja y todo ese tipo de cosas románticas. Pero cuando su vida laboral se vuelve un poco caótica y necesita alejarse un tiempo de todo para reflexionar, acepta la descabellada propuest...