🎧 Canción del capítulo: Ruth B – Dandelions.
Al llegar la tarde del día siguiente el calor pareció aceptar por fin darles una pequeña tregua, así que decidieron hacer la actividad que habían planeado para esa mañana, pero con algunas modificaciones.
En lugar de sólo dar un paseo en bicicleta por la zona de la costa, también harían una merienda en la playa parar ver el atardecer sobre el mar. Cuando el manto nocturno finalmente lo cubriera todo con su oscuro esplendor, encenderían una gran hoguera para seguir disfrutando de la cálida noche allí mismo sobre la arena.
— ¿Cómo es posible que no sepas montar en bicicleta? — Le preguntó Cailean desconcertado mientras todos se preparaban para la excursión.
— ¿No sabiendo? — Contestó la señorita Bartlett malhumorada, cruzándose de brazos.
Cuando era pequeña, su madre estaba demasiado ocupada trabajando para ambas por lo que no tenía mucho tiempo libre para poder jugar con ella o enseñarle cosas típicas de los niños, como ir en bici.
Para eso habían estado sus tres primos mayores, que sí lo habían intentado, pero luego de que un conductor despistado atropellara a uno de los gemelos, afortunadamente solo rompiéndole un brazo, la tía Mary les había quitado las bicicletas prohibiéndoles volver a montar en la calle. El único lugar espacioso en el que podían hacerlo.
Así que, al final, Sienna nunca había logrado aprender. Pero no pensaba compartir esa penosa historia con Cailean.
— ¿Todo bien, Sienna? — Preguntó Trevor acercándose a ellos.
El deportista no quería entrometerse, pero parecía que discutían. No es que eso fuera algo realmente extraño entre esos dos, sin embargo, la doctora parecía bastante molesta esta vez y no lucía como si fueran a llegar a un acuerdo pronto.
¿Por qué ese hombre parecía estar siempre molestándola? O peor, ¿por qué ella se lo permitía? Sienna no era precisamente de las que necesitan ayuda para defenderse, ni mucho menos de las que se dejan pisotear, ¿por qué seguía entonces con ese tira y afloja sin sentido con el señor Kyong?
Se cuestionaba Trevor preocupado mientras esperaba una respuesta de ella, pero mayor fue su incomprensión cuando al final fue Cailean quien se apresuró a contestar por ambos.
— Sí, pero vamos a saltarnos esta actividad. — El duque movió una pierna con cara de dolor como si le hubiese dado un tirón. — Cuando era adolescente me lesioné jugando al rugby y hoy me molesta un poco, así que no creo que pueda montar, preferimos ir caminando. — Explicó.
¿Realmente estaba Lord Antipático metiendo por ella? Se preguntó Sienna, mirándolo sin conseguir ocultar la sorpresa.
Al parecer sí. Él pensaba que tal vez eso era algo que podría hacer que se sintiera avergonzada y, por tanto, ocultaba la verdad con una pobre excusa que los ayudaría a escapar. Además, cargaba con toda la culpa sin siquiera mencionarla.
Definitivamente él podía ser verdaderamente encantador si lo deseaba.
— En realidad no sé montar. – Admitió ella sin reparos, ganándose varias miradas sorprendidas.
Sienna consideraba que la vida era un constante aprendizaje, había muchas cosas que las personas sabían y otras tantas que no. En general todos poseían conocimientos diferentes en distintas especialidades, así que no había motivos para avergonzarse de las cosas que uno todavía no había podido aprender.
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Quince días para enamorarnos [COMPLETA]
RomansaA Sienna nunca le ha importado mucho el amor, las relaciones de pareja y todo ese tipo de cosas románticas. Pero cuando su vida laboral se vuelve un poco caótica y necesita alejarse un tiempo de todo para reflexionar, acepta la descabellada propuest...