🌺 Capítulo 13

85 16 46
                                    

🎧 Canción del capítulo: Wham! -Last Christmas.

Otra vuelta.

Otra pasada por delante de ella, fingiendo no verla.

Otra vez que no podía ignorar su triste rostro a un lado de la pista.

¿Por qué se había quedado allí apartada? Si su intención era molestarlo por dejarla, lo había conseguido sin lugar a dudas. Porque odiaba verla ahí alejada y sola, mientras él disfrutaba de la jornada con la empalagosa señorita Rodríguez.

Bueno, ahora no estaba siendo justo con Amanda Rodríguez.

Debía admitir que era una mujer bastante admirable, algo que en cierto modo le gustaba. Ella había conseguido abrirse paso sola y únicamente gracias a su gran talento, dentro del competitivo mundillo de la moda de alta costura. Además, era de lo más agradable, sin duda muy hermosa, inteligente, divertida y lo más importante, quería formar una familia.

Era exactamente el tipo de mujer que sus padres querían y por supuesto, también su abuela. Por favor, la intrépida duquesa de Allenbright, lo arrastraría hasta el altar sin dudarlo nada más conocerla.

No, puede que eso no fuera cierto. Conociendo a la abuela y lo peculiares que solían ser sus ideas siempre, probablemente acabaría escogiendo a otra quien nadie se esperaría. Probablemente alguien como la señorita Bartlett, porque mientras todos notarían desde el primer momento que, la señorita Rodríguez era la candidata perfecta, ella haría un berrinche y defendería a muerte a la doctora.

Estaba seguro de que también tiraría de sus orejas si supiera lo antipático que había sido con ella antes y que, como si eso no fuera poco, la había dejado plantada, sola y apartada, mientras todos se divertían. Inconscientemente levantó la mano derecha para tocar su oreja, imaginando el dolor que sentiría con el castigo.

¡Pero no era su culpa si ella quería rechazarlos a todos!

Había visto a más de uno acercarse amablemente y luego marcharse solo con una agradable sonrisa suya. No iba a negar que le gustaba ese don que parecía tener para despedir a otros hombres rápida y cordialmente, sin ofenderlos o incomodarlos, pero ese no era el momento de mostrarse distante. No, si quería disfrutar de la actividad.

No se engañaba pensando que lo hacía por una especie de fidelidad hacia él, Sienna no haría eso precisamente por él y menos en esos momentos en los que seguro que seguía molesta por el incidente de antes. No sabía porque lo hacía, pero tampoco era su problema, después de todo le había avisado con tiempo suficiente para pudiera buscar otra pareja.

Además, ¿Qué le importaba lo que hiciera esa mujer que no sabía respetar un trato? Pensó, cada vez más malhumorado.

— Ay, estoy agotada. — Dijo Amanda suavemente, al notar la rigidez repentina en el cuerpo de Cailean. — ¿Qué te parece si descansamos un poco? Me muero de ganas de beber algo caliente.

— Claro. Vayamos hasta aquel puesto, parece agradable. — Aceptó ofreciéndole su brazo para caminar con cuidado y pensando en lo sencillo que había sido hablar con esta mujer.

Si realmente hubiese estado en busca de una esposa, con seguridad la habría escogido a ella, pues tenía todas las agradables cualidades que buscaba en una mujer.

Aunque no estaba enamorado, sabía que Amanda sería capaz de comprenderlo, de aceptar que eso era algo que podría llegar después, cuando ya llevaran tiempo de casados y se conocieran mejor.

Pero, desafortunadamente, él no quería saber nada de bodas todavía y con seguridad, Amanda encontraría rápidamente a alguien que supiera amarla de la manera adecuada. Después de todo, era una mujer de lo más agradable, alguien de trato fácil, no como otras doctoras sabiondas que lo desequilibraban constantemente.

Quince días para enamorarnos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora