🌺 Capítulo 3

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🎧 Canción del capítulo: Nina Simone — Take care of business.


La isla en la que se iban a quedar esos quince días parecía una pequeña esmeralda fulgurante en medio del manto azul claro del mar. Ah, sin duda este lugar sí que era el verdadero paraíso, lo de antes había sido solo la maravillosa antesala de lo magnifico, ahora realmente estaban entrando por las doradas puertas del Olimpo.

Incluso desde la distancia podía sentirse el dulzón aroma de las flores tropicales y los cantos alegres de algunos pájaros. El inmenso hotel con aspecto de antiguo palacio europeo donde se quedarían contaba con montones de habitaciones y diferentes salones, con un exterior casi totalmente acristalado combinado con algunas paredes en tonos tierra o verdes. Se camuflaba tan perfectamente con el entorno que daba la sensación de que se trataba de un paraje completamente desierto en el que disfrutar de las maravillas de la naturaleza.

No le extrañaba que las dueñas amasen tanto aquel lugar que apenas lo dejaban en contadas ocasiones, también ella haría lo mismo si tuviese la oportunidad o la suerte de poseer algo tan espectacular.

Al bajar del yate, que a priori parecía bastante impresionante pero ahora lucía como un simple barco ante el esplendor del hotel, una legión de amables empleados correctamente uniformados esperaba para ayudar a cada huésped y acompañarle hasta los mostradores de recepción para recibir las llaves, para guiarlos a los jardines con el fin de dar un pequeño paseo o llevarlos al salón en el que tendría lugar el pequeño coctel de bienvenida.

Ese día no había nada planeado en sus itinerarios de viaje hasta la noche, donde tendría lugar un elegante baile de inauguración. Así que, hasta el ocaso, cuando llegase la cena y por tanto el evento, eran libres de hacer lo que quisieran; había sido planeado intencionadamente de esa manera para que los huéspedes pudieran relajarse más, entrar en confianza, descansar o explorar un poco el entorno por su cuenta antes de comenzar con la verdadera finalidad de aquellas vacaciones.

Michael, que había descendido junto con ella del barco, le informó entre incontenibles bostezos que había salido prácticamente de madrugada de su apartamento para poder llegar a tiempo y estaba cansadísimo, así que intentaría dormir antes del evento; necesitaba algunas horas de sueño reparador para poder sentirse atractivo otra vez y, por tanto, nada más pisar tierra desapareció en busca de su dormitorio. 

Sienna por su parte, pensó que lo mejor sería ir primero a comer algo porque se moría de hambre, no había probado bocado desde que había salido de casa rumbo al aeropuerto en la mañana muy temprano, luego daría una vuelta por los jardines con su fresca vegetación y finalmente descansaría un poco antes de arreglarse para esa noche.

Al parecer había incluso servicios de belleza disponibles para quien quisiera utilizarlos, pero ella no pensaba ir tan lejos en su preparación. Se maquillaría un poco a sí misma y se dejaría el cabello suelto, tampoco es que tuviera intenciones de impresionar a nadie o que se pudiese hacer mucho más con su melena tan extremadamente rizada y a veces hasta con vida propia, así que con lo que ella podía hacer bastaría.

Acompañada del amable botones, un agradable joven de la zona que le contó en un momento varias curiosidades de la isla y se ofreció a estar pendiente de ella durante todas las vacaciones si lo deseaba, se dirigió al mostrador de recepción para buscar la llave de su habitación, quería dejar sus pertenencias antes de pasarse por el coctel.

Pero claro, como no podía ser de otra forma desde que le había visto por primera vez, el descortés desconocido roba taxis con traje alegante, apareció unos segundos antes para ocupar el lugar que pensaba tomar ella pues la recepcionista le había hecho señas llamándola.

Quince días para enamorarnos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora