🎧 Canción del capítulo: Imaginer l'Amour — Juliette Armanet.
A pesar de que intentó resistirlo durante varios días ya no podía seguir haciéndolo, lo echaba mucho de menos. Después de hablar casi cada tarde con él se había acostumbrado a su tranquila mirada, al acogedor paisaje que lo rodeaba, incluso su disimulada sonrisa comenzó a sentirse reconfortante con el tiempo.
Dudaba de que a él le gustase su faceta de cupido o que encontrase agradable su incesante charla sobre Lord Antipático, pero aún así le gustaba hablar con él; y como al final nunca se quejaba pues...
Por eso estaba allí, en la sala de arte del castillo, observando el gigantesco retrato de Kendrick junto su querida esposa. Por fin podía conocerla a ella también, pensó Sienna con una sonrisa sin dejar de observar el retrato.
—Tú debes de ser la jovencita que ha rechazado innumerables a nuestra empresa, la doctora Bartlett, ¿me equivoco? —preguntó el padre del duque entrando en la galería y acercándose a ella—. Al fin podemos conocernos formalmente.
Sienna se volteó a verlo, se trataba de un hombre mayor pero que aun así conservaba sin esfuerzos su atractivo. Lo había visto en la noche de la fiesta desde lejos, junto a su esposa, hacían una pareja increíblemente bella y evidentemente unida, más, no había podido hablar con ellos porque siempre estaban ocupados hablando con otras personas.
Tampoco es que hubiese pensado presentarse a los padres de Cailean por que sí, pero le parecía de buena educación saludar a los anfitriones, sin embargo, entre el duque, Sang Woo y la pedida de mano de Jason y Michael, acabaron acaparándola e impidiéndole hablar con nadie más.
Pudo distinguir en su rostro una sonrisa pícara y algo arrogante, una que tantas veces había visto en el rostro de Cailean, una que también vio la tarde anterior en el rostro de su abuelo mientras jugaban al ajedrez en la biblioteca. Al parecer ese atractivo magnetismo era genético, heredado de hombre a hombre en esa familia.
—Lo siento señor Kyong, no es nada personal —contestó Sienna respondiendo a su saludo—, me gusta mi trabajo.
—Llámame Arran, el señor Kyong es mi padre —pidió, colocándose junto a ella para contemplar el retrato—. Y no te preocupes, lo comprendo muy bien y más ahora, que has ganado ese premio tan importante. Supongo que definitivamente estás fuera de nuestro alcance —dijo bromeando—. Felicitaciones, por cierto.
—Muchas gracias, señor Arran. —Él inclinó la cabeza reconociendo su agradecimiento y siguió hablando.
—Mi hijo es tu mayor fan, ¿lo sabías? —Sienna lo miró sorprendida y él sonrió más ampliamente—. Así es, ha guardado todos los recortes de periódicos y revistas en los que apareces, seguro que hasta tiene una carpeta para guardarlos.
La doctora era totalmente escéptica respecto a eso.
No creía para nada que Cailean se hubiera tomado el tiempo si quiera para leer algún artículo, mucho menos para coleccionarlos.
—No pongas esa cara, te lo aseguro —continuó el hombre—. Hace unos días estaba leyendo tranquilamente algo sobre ti cuando el apareció por detrás, me quitó el periódico de las manos, arrancó la página y se la llevó. Ni siquiera me dejó acabar de leer —comentó como si todavía estuviera sorprendido—. Mi sobrino, Jung Sang Woo, me dijo que le había hecho lo mismo unos días antes con una revista.
Sienna estaba completamente sorprendida, ese comportamiento era extraño incluso para el duque. Tal vez había algo interesante en esas páginas que quisiera conservar, no obstante, dudaba que fuera por ella.
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Quince días para enamorarnos [COMPLETA]
RomansaA Sienna nunca le ha importado mucho el amor, las relaciones de pareja y todo ese tipo de cosas románticas. Pero cuando su vida laboral se vuelve un poco caótica y necesita alejarse un tiempo de todo para reflexionar, acepta la descabellada propuest...