🌺 Capítulo 38

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🎧 Canción del capítulo: TheBanners — Someone to you.


Los días, las semanas e incluso los meses, se fueron cayeron del calendario uno a uno a gran velocidad, sin embargo, se sintieron también eternamente largos, como si fueran capaces de durar varios milenios.

Cuando se detenía a pensar en ellos, a contarlos, notaba la verdadera rapidez con que se habían desvanecido. No obstante, si reparaba en ellos de manera individual, uno detrás del otro, todos lastimosamente iguales al anterior; oscuros, apagados, intranscendentes, lacerantes y tremendamente solitarios; entonces sí que parecían larguísimos.

Ni siquiera el consuelo que brindaba la isla parecía ser suficiente ahora.

Sienna miró hacia el cajón que ocultaba "el cuaderno del olvido", no había vuelto a tocarlo desde que se marchó a Escocia. Ahora que volvía a tener todos los recuerdos frescos en la memoria y los sentimientos revividos con intensidad, no creía que le fuera a ser de utilidad, solo conseguiría enfadarse consigo misma por haber sido tan ilusa. Por creer que sería capaz de borrarlo de su corazón en algún momento.

¿Por qué tenía que ser precisamente él? Volvió a preguntarse.

¿Y por qué demonios seguía buscándola?

Creía que después de ignorar sus primeras interacciones Cailean se rendiría, sin embargo, no fue así. Todavía seguían llegando sus mensajes, casi de a diario, a pesar de no recibir respuesta alguna. Él nunca le hablaba de nada en especial, solo le contaba un poco de su vida, alguna cosa curiosa de la que se hubiese enterado o algo que no deseaba hacer, no eran relevantes, pero allí estaban. Recordándole que él existía, recordándole que él pensaba en ella.

¿Por qué no la dejaba marcharse? ¿Esconderse? Aquella tonta búsqueda no tenía sentido. Claro que tampoco lo tenían sus sentimientos hacia él y eso no le impedía tenerlos.

—Ah maldito duque de Antipatía, has vuelto mi vida del revés... —murmuró.

—¿Decías algo, Sienna? —preguntó Ezio apareciendo en la cocina.

—No, solo pensaba en voz alta, ¿has podido repararlo?

—Sí —contestó él con su brillante sonrisa, mientras se acercaba a lavarse las manos—. No era nada grave, solo algo de agua salada y óxido, creo que después de esto funcionará algún tiempo más.

—¡Gracias! —exclamó aliviada—. Temía volver a tener que bañarme con agua fría esta noche.

—No ha sido nada. Aunque yo en tu lugar iría buscando algún otro por si acaso, ese calentador es demasiado viejo.

—Hablaré con las señoras Vaughan entonces, a ver cuando vuelven a la ciudad para ir con ellas a por otro.

—Bien pensado, si necesitas ayuda no dudes en avisarme.

—Así lo haré, yo no sabría ni por donde empezar con eso.

—Seguro que eso es porque ni siquiera lo has intentado —dijo él con ampliando la sonrisa.

Sienna sabía que tenía razón, una pequeña investigación sería suficiente para permitirle desarmar y rearmar el aparato en busca del fallo sin ningún tipo de dificultad, pero ni siquiera tenía las herramientas necesarias para intentarlo, por lo que le parecía mejor pedírselo al muchacho. Además, él era el verdadero experto en esos temas.

Quince días para enamorarnos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora