🌺 Capítulo 27

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🎧 Canción del capítulo: Başak Gümülcinelioğlu - Sen Çal Kapimi.


El almuerzo se había sentido agridulce.

Fue estupendo por supuesto, como todos los anteriores, cargado de deliciosos platos de comida que tentaban a querer repetir cientos de veces, sin embargo, era el último. Por eso no había sabido tan bien como en las ocasiones pasadas, estaba riquísimo, pero era difícil disfrutarlo como antes.

Aquella era la única oportunidad para que todo el grupo estuviera reunido en la isla.

Seguro que volvían a encontrarse en alguna de las tantas bodas que saldrían de allí, pero ya no sería lo mismo. Todo lo que aquella pequeña tierra remota representaba para ellos, terminaba ahí. Les había dado tanto a todos... quien no lo hubiese vivido nunca entendería como esa experiencia les había cambiado la vida.

Tal vez estaban siendo un poco fatalistas, pero después de que la gran mayoría encontrase a su verdadero amor en aquellas playas, el lugar se sentía especial e irremplazable y probablemente siempre lo sería.

Montones de nietos y biznietos escucharían una y otra vez, a lo largo de los años, como sus abuelos se conocieron en una paradisiaca isla. Como habían quedado totalmente prendados del otro tan solo observando juntos un anaranjado atardecer sobre el cristalino mar en calma, bailando en la orilla del agua debajo de millones de estrellas infinitas, contemplando obras de arte casi sobre la arena o simplemente recogiendo manzanas bajo el sol de la tarde.

El amor se había estado escondiendo en cada recoveco de ese viaje, se ocultaba en cada sonrisa, cada mirada robada de reojo, cada intercambio de palabras aparentemente inocente, en los roces accidentales que se convertían caricias. Estaba en todo, como la majestuosa naturaleza que los rodeaba, solo hacía falta que los implicados fueran capaces de hallarlo y capturarlo para siempre.

Además, no solo se crearon parejas, también grandes amistades, de esas que merecen toda una vida compartida. Los algoritmos y tácticas usados por las señoritas Vaughan para juntar a la gente realmente funcionaban.

Y siendo sinceros, ¿quién podría sentirse contento con el final de unas buenas vacaciones? Nadie sale ileso de una de esas.

Sienna se había despertado sintiéndose un poco drenada de energía, nunca le habían gustado los finales, pero este se le hacía especialmente pesado. Algo que escapaba totalmente a su lógica.

Podría encontrarse con Michael y Jason cuando quisiera, estaba más que segura de que la recibirían en su casa cuando deseara y encima por tiempo ilimitado. Con Amanda o Trevor tal vez fuese algo más difícil, pero sin duda podría hablar con ellos para encontrarse sin problemas.

Después estaba Cailean, con las ganas que tenía de que trabajara para él solo tendría que decirle que sí y lo vería siempre que lo deseara, pensaba entre risas. Más, como no pensaba hacer eso, puede que él aceptase verla de vez en cuando, quizás cuando estuviera de viaje por Escocia o algo así.

¿Sería realmente tan sencillo estar a diario con él? ¿Sólo tenía que decirle que sí? No, probablemente no. Todavía había muchas cosas de ella junto a él, que no lograba comprender, las cosas no podían ser así de simples. ¿O SÍ?

Ahora que lo pensaba él también se había mostrado taciturno durante el desayuno y su ya tradicional paseo hasta el pueblo, apenas habían intercambiado algunas palabras superfluas que ya ni siquiera recordaba. Aunque intentó sonsacarle algo de información, el duque se mostró poco colaborador.

Quince días para enamorarnos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora