🎧Canción del capítulo: PowerOver Me — Dermot Kennedy.
Cailean estaba nervioso, no podía dejar de caminar de un lado a otro de la habitación mientras esperaba a Sienna. Apenas recordaba la última vez que se había sentido de esa manera. Normalmente le resultaba sencillo mantener la calma, siempre sabía lo que tenía que hacer y cómo, no había ningún de necesidad de nervios.
Sin embargo, llevaba un buen tempo sintiéndose así, alterado, preocupado e inquieto, principalmente desde que conoció a esa listilla doctora Bartlett. No podía realmente culparla por eso, porque ella no estaba haciendo realmente, pero quería hacerlo de todas maneras porque en el fondo sabía que esa Sirena en cuestión era la responsable de que él estuviera sufriendo todos aquellos desbarajustes internos.
¡Por Dios! ¡Si incluso le temblaban las manos!
¿Qué le estaba haciendo a ella a su tranquila y pacifica vida?
Tal vez no se trataba solo de ella si no de todo lo que implicaba, de todo lo que estaba en juego entre los dos y de cuan importantes eran en realidad todas aquellas cosas que al parecer solo podía experimentar a su lado.
Fuera cual fuera la razón, era preferible no seguir tratando de descubrirla ahora, haciéndolo solo conseguiría que su estado empeorara. Y eso, era precisamente algo que no necesitaba en esos momentos.
Decidido a dejar de pensar y de cuestionarse cada cosa que pasaba por su cabeza, optó por ir en busca de la responsable de todo su desasosiego, así como de toda su dicha; su preciosa Sirena.
Seguro que a esas alturas ya estaba lista y si no era así, le faltaría muy poco para acabar de prepararse, podía esperar en su habitación en lo que ella terminaba. Sí, ese definitivamente era un mejor plan, gastar la moqueta de su habitación de tanto andar de un lado al otro como estaba haciendo no parecía realmente una buena opción.
Caminó con agilidad para acortar la distancia que los separaba, que no era realmente mucha; apenas un par de puertas. Sus brillantes zapatos apenas hicieron ruido sobre la gruesa alfombra del pasillo, unos pocos pasos más y ya estaba allí, delante de su puerta, otra vez. Últimamente parecía estar siempre al otro lado de la puerta cerrada, en la parte opuesta a la de Sienna.
Se estiro el cuello de la camisa, aflojándose un poco la pajarita, incluso su propia ropa, esa con la que siempre estaba cómodo, parecía molestarle ahora.
"Solo llama a la puerta, lo demás llegará de la manera adecuada." Se dijo.
Dio unos suaves golpes y esperó. Aguardó lo que pareció ser una eternidad hasta que uno de los empleados del hotel, que había estado cuidando de ella, abrió al fin.
El duque se asomó tratando de visualizarla. Se moría de ganas por saber que había decidido llevar al final, si estaba emocionada por el lugar al que irían esa noche, si su estrategia finalmente empezaba a funcionar y la doctora le permitía acercarse al menos un poco más a ella. Pero no parecía haber rastro de la Sirena, dentro de la recamara había al menos ocho personas yendo y viniendo de un lado de a otro, sin embargo, ninguna era Sienna.
De repente, todos parecieron ponerse de acuerdo inconscientemente y abrieron un pasillo, uno que terminaba con la impresionante señorita Bartlett poniéndose de pie justo en el centro.
—Sirena... —fue todo lo que alcanzó a murmurar Cailean al verla aparecer por fin.
No había más palabras, ni pensamientos, ni siquiera respiraciones. Su existencia empezaba y terminaba con esa hermosa mujer que lo contemplaba con una sonrisa ligeramente empañada por las incertidumbre. Su vida estaba completamente a merced de esa magnífica criatura envuelta en un vestido color champagne, su favorito de todos los que envió.
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Quince días para enamorarnos [COMPLETA]
RomantizmA Sienna nunca le ha importado mucho el amor, las relaciones de pareja y todo ese tipo de cosas románticas. Pero cuando su vida laboral se vuelve un poco caótica y necesita alejarse un tiempo de todo para reflexionar, acepta la descabellada propuest...