Wanda Pov.
-Pietro, se que tengo que ir a ver a nuestros padres, deja de regañarme, el que seas mayor no te da derecho de sermonearme, por qué si a eso vamos, tú estás peor que yo-. Murmuré buscando mis botines en la habitación.
-Ademas yo veo más seguido a nuestros padres que tú, solo que no voy hasta la casa por qué me toma dos horas pero ahora que tome unas vaciones iré, les diré lo que hiciste y veremos a quién regañan más, adiós hermanito-. Hablé con una sonrisa en mi rostro para luego colgar la llamada.
Odio que Pietro hablé como si yo fuera mala hija al no visitar a mis padres pero tengo cosas que resolver aquí, aunque siempre les llamo cada dos días y ellos lo entienden, no puedo sentirme culpable por ser una mujer ocupada que se encarga de mantener nuestra empresa en alto, no como mi hermano que se la pasa en fiesta y en camas de tanto hombres como mujeres, aún así... No lo juzgo, ¿Verdad? Bueno, si, el tiene mucho más tiempo para visitar a nuestros padres y no lo hace, les llama una vez cada quince días y viene a mi a decirme o más bien a exigirme que vaya a verlos.
En fin, ya Wanda... Deja eso atrás y concéntrate en lo que harás hoy, ¿Es normal que haya cancelado mi día para pasar un día entero mostrándole un poco del mundo a un anfitrión? Si, creo que es normal, además es muy divertido las caras que Natalia suele hacer cuando está maravillada por algo, es muy pero muy divertido. Caminé a mi espejo completo y me miré de arriba hacia abajo, nada mal, soy una hermosura.
-Bien, vamos por Natalia por qué necesitamos desayunar para está pequeña excursión-. Murmuré para mis adentros para luego salir con una enorme sonrisa en mi rostro e ir a la habitación de Natalia.
Natalia suele dejar la puerta entre abierta siempre, diciendo que la dejaba así para cualquier cosa que yo la necesitará y que podía entrar cuando quisiera pero yo no hacía eso, Kate me incrustó ciertos pensamientos en mi cabeza que me hace tratar a Natalia como cualquier otra humana, así que siempre tocaba la puerta antes de ingresar.
-¿Natalia?-. Pregunté tocando la puerta pero desde aquí podía verla acostada en la cama, ella estaba de lado y abrió los ojos parpadeando un poco, note que sus ojos por un segundo fueron de otro color hasta volver a su color natural.
-Buenos días Wanda Maximoff-. Dijo levantándose de su cama de una manera rápida, yo hago eso y a lo mejor me mareo.
-Solo Wanda, Natalia, aunque veo que cambiaste el color y longitud de tu cabello, se te ve bien por cierto-. Le dije con una sonrisa que ella devolvió con rapidez.
-Si, en la madrugada mientras tú dormías, mire una película, creo que se llama "¿Dónde están las rubias?" Me gustó el tono de su cabello y quise cambiarlo un poco, ¿O te molesta? ¿Quieres que vuelva a mi otro tono oscuro y más corto?-. Preguntó con cierta curiosidad colocando ambas manos detrás de su espalda.
-No, no, no... Nada de eso, te ves bien y puedes hacer lo que quieras con tu cabello, al final del día es tuyo, a mi no me molesta, me gusta este nuevo corte rubio más largo pero aún así corto-. Contesté señalado a su cabello y no estaba mintiendo, Natalia se veía muy bien con ese tono.
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I.A (Scarletwidow)
Science FictionWanda Maximoff, poderosa CEO de la empresa "Maximoff Corp" es una de las mujeres más bellas del mundo, lo tiene todo pero no a tenido la suerte de encontrar a su verdadero amor, todo cambiará cuando su hermano Pietro Maximoff le de uno de los "anfit...